MI AMIGO
Malik, hijo de Dinar,
estaba muy preocupado por la disoluta conducta de un libertino joven que vivía
en la casa contigua a la suya.
Durante mucho tiempo
no hizo nada al respecto, en la esperanza de que hubiera alguien que
interviniera. Pero cuando la conducta del joven se hizo absolutamente
intolerable, Malik se dirigió a él y le pidió que cambiara su modo de ser.
Con toda
tranquilidad, el joven informó a Malik de que él era un protegido' del Sultán
y, por lo tanto, nadie podía impedirle vivir como a él se le antojara.
Malik le dijo: «Yo,
personalmente, me quejaré al Sultán». Y el joven le respondió: «Será
completamente inútil, porque el Sultán jamás cambiará su opinión acerca de mí».
«Entonces le hablaré de ti al Sumo Creador», replicó Malik. «El Sumo Creador»,
dijo el joven, «es demasiado misericordioso como para reprocharme nada».
Malik quedó
totalmente desarmado, por lo que desistió de su intento. Pero al poco tiempo la
reputación del joven se hizo tan pésima que originó la repulsa general. Malik
decidió entonces que debía intentar reprenderle. Pero, cuando se dirigía a la
casa del joven, oyó una voz que le decía: «No toques a mi amigo. Está bajo mi protección».
A Malik, esto le produjo una enorme confusión y, cuando se vio en presencia del
joven, no supo qué decirle.
El joven le preguntó:
« ¿A qué has venido?». Respondió Malik: «Venía a reprenderte, pero cuando me
dirigía hacia aquí una Voz me dijo que no te tocara, porque estás bajo Su
protección».
El rostro del
disoluto joven se transformó. «¿De veras me llamó amigo suyo?», preguntó. Pero
para entoncesMalik ya se había marchado. Años más tarde, Malik se encontró con
él en La Meca. Las palabras de la Voz le habían impresionado de tal modo que
había renunciado a todos sus bienes y se había hecho un mendigo errante. «He
venido aquí en busca de mi Amigo», le dijo a Malik.
Y, dicho esto, murió.
¿Dios, amigo de un pecador? Semejante
afirmación es tan arriesgada como real. Yo me la apliqué a mí mismo cuando, en
cierta ocasión, dije: «Dios es demasiado misericordioso como para reprocharme
nada». Y al instante escuché la Buena Noticia por primera vez en mí vida.
EL CANTO DEL PÁJARO (ANTHONY DE MELLO)
EL CANTO DEL PÁJARO (ANTHONY DE MELLO)
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