sábado, 1 de noviembre de 2014

Reto de amor: mirar la santidad desde Cristo 01112014


Reto de amor: mirar la santidad desde Cristo

Hola, buenos días, hoy el reto del amor es descubrir qué es ser santo.
Esta mañana, cuando bajaba a Laudes, me he pasado primero por el relicario. Sí, tenemos el segundo más grande de Europa, con 103 reliquias autentificadas de los primeros mártires, cada una en su relicario. Una verdadera pasada. Cuando entras en esa habitación, sientes algo especial. La verdad es que hoy, día de Todos los Santos, me preguntaba: ¿Dónde está la clave de la santidad? Yo quiero ser santa, eso lo tengo clarísimo, pero, ¿qué hacer?
Muchas veces he pensado que “santidad igual a perfección”, y, tratando de alcanzarla, sólo he conseguido frustrarme, culpabilizarme… porque no daba la talla. Quería ser perfecta para así que Dios no me pudiera decir nada y estuviera contento de mí por ser una buena monja, y así salvarme. ¿Y tú? ¡Cuántas veces te súper esfuerzas en ayunar, hacer bien la oración, concentrarte en el Rosario, en escuchar a los demás…! Y, ¿cuál es el resultado? INCAPACIDAD PARA SER SANTO.
Hoy te digo que ése no es el camino. La salvación, la santidad, está en Jesucristo, y sólo en él. Se accede a ella por la fe en esa persona humano­divina. Descálzate y desnúdate de todo lo tuyo, que la salvación es tierra sagrada y se te va a regalar. Tu pecado es la incredulidad, la idolatría de la devoción. La cuestión es que tú no vas a poder cambiar: deja que el Espíritu proclame con tu boca y tu corazón que Jesús es el Señor. Sé humilde; déjate bautizar de nuevo para que puedas nacer del Espiritu, porque nadie puede decir que Jesús es el Señor si no es en el Espiritu Santo.
Abandona tus viejas prácticas religiosas y vuelve a ellas desde Cristo. Asi resituarás y recolocarás cada cosa en su sitio.
Primero Cristo y luego sus obras.
Así te sentiras descargado del peso del arrepentimiento, de ganarte el cielo, de los golpes de pecho, del miedo, del escrúpulo, de la culpabilidad. Liberados por la muerte de Cristo, se nos abre un ancho espacio para la alabanza, el compartir, el disfrutar de los demás y de sus dones Y lo más importante es que estas cosas no son puros sentimientos, sino que es el propio Espíritu el que da testimonio a nuestro espíritu de que lo podemos y debemos hacer, porque somos hijos de Dios.
Hoy el reto del amor es mirar la santidad desde Cristo, no desde ser buenos, sino desde pedirle a Cristo que te haga bueno, que te de su amor, su perdón, sus sentimientos, para que sea Él quien sea tu Santidad. Feliz día.
¡VIVE DE CRISTO!

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