Beato Tomás Maxfield, presbítero y mártir
fecha: 1 de julio
n.: c. 1585 - †: 1616 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 1585 - †: 1616 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
También en la ciudad de Londres, beato
Tomás Maxfield, presbítero y mártir, que, reinando Jacobo I, fue condenado a
muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdote, y cumplió la sentencia
en el patíbulo de Tyburn, que había sido adornado con flores por los fieles,
como clara manifestación del gran amor que le profesaban.
Ver más información en:
Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)
Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)
Tomás Maxfield (o Macclesfield) nació
alrededor de 1590 en The Mere, del condado de Stafford. Su padre, llamado
Guillermo, había confesado valientemente la fe católica y, cuando nació Tomás,
estaba sentenciado a muerte por haber dado asilo a varios sacerdotes. Tomás
partió a la misión de Inglaterra en 1615, después de haber recibido la
ordenación sacerdotal.
Tres meses después, fue arrestado en
Londres y encarcelado en la prisión de Westminster. Al cabo de ocho meses de
prisión, Tomás, con la ayuda de un jesuita que estaba también preso, trató de
escapar descolgándose por la ventana del calabozo. Desgraciadamente, un
transeúnte dio la voz de alarma a los guardias, quienes le echaron mano y «le
colocaron bajo una mesa con una cadena alrededor del cuello, atada a otra
cadena que pesaba más de cien libras ... Y en esa incómoda posición le
mantuvieron hasta la mañana siguiente». Después le trasladaron a un sombrío y
pestilente calabozo subterráneo, con las piernas atadas a unos zancos de
madera, de suerte que no podía ponerse en pie ni recostarse bien. Así estuvo
desde la madrugada del viernes hasta el domingo por la noche. Algunos de sus
compañeros de prisión consiguieron hacerle llegar un cobertor, y su confesor,
que era un jesuita, le dirigió unas palabras de aliento a través de un agujero
del techo. Según el testimonio de dicho confesor, el mártir no había perdido el
ánimo en lo absoluto.
Conducido ante el tribunal, el P. Maxfield
se negó a prestar el juramento de fidelidad al rey en la forma en que los
jueces se lo exigían, pero protestó de su lealtad, pues le consideraba como su
verdadero y legítimo soberano. Al día siguiente, fue condenado a ser ahorcado,
arrastrado y descuartizado por ser sacerdote. El duque de Gondomar, embajador
de España, trató en vano de obtener que los jueces perdonasen al mártir o le
mitigasen la pena. Al día siguiente, l de julio, una multitud más numerosa que
de ordinario, acudió a ver al beato cuando le trasladaban de la prisión a
Tyburn. Muchos siguieron a la comitiva hasta el cadalso; entre ellos, numerosos
españoles. Las autoridades se enfurecieron al descubrir que alguien había
adornado la horca con guirnaldas de flores y había esparcido en el suelo hojas
y yerbas aromáticas. El Beato Tomás habló a la multitud desde la carreta y declaró
que había predicado la misma fe en que san Agustín de Canterbury instruyera a
sus antepasados, «con el único fin de prestar servicio a las almas de los
ingleses». El oficial que dirigía la ejecución, dio al verdugo la orden de
cortar la cuerda de la horca rápidamente; pero la multitud exigió que se dejase
morir al mártir en la horca para evitarle los horrores del descuartizamiento.
Las autoridades tomaron todas las precauciones posibles para impedir qué se
conservasen reliquias de Tomás Maxfield. A pesar de ello, el embajador español
consiguió recuperar algunos restos del mártir y todavía se conserva parta de
ellos en la población española de Gondomar y en la localidad inglesa de
Downside.
El Dr. Kellison publicó una biografía del
P. Maxfield el año mismo de su muerte, y al año siguiente, un testigo
presencial de la ejecución la relató por escrito. Véanse las publicaciones de
la Catholic Record Society, vol. III; MMP., pp. 344-353; DNB., vol. XXXVII ; y
Downside Review, vol. XXXIV.
Nota sobre la imagen: el mismo dibujo, en diferenctes formas (blanco y negro, mayor o menor tamaño, etc) está reproducido en las páginas en inglés referidas al beato; no parece muy creíble que el personaje dibujado pueda ser un joven que apenas tenía entre 25 y 30 años; podría tratarse simplemente de un caso, habitual en internet, de copia múltiple con escaso criterio... espero que aunque sea el que copie de aquí sepa que a lo mejor la fuente es incorrecta.
Nota sobre la imagen: el mismo dibujo, en diferenctes formas (blanco y negro, mayor o menor tamaño, etc) está reproducido en las páginas en inglés referidas al beato; no parece muy creíble que el personaje dibujado pueda ser un joven que apenas tenía entre 25 y 30 años; podría tratarse simplemente de un caso, habitual en internet, de copia múltiple con escaso criterio... espero que aunque sea el que copie de aquí sepa que a lo mejor la fuente es incorrecta.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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