Beatos Lucio Martínez Mancebo y siete compañeros, mártires
fecha: 29 de julio
†: 1936 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 11 mar 2001
hagiografía: Aciprensa
†: 1936 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 11 mar 2001
hagiografía: Aciprensa
En Calanda, población cercana a Teruel,
también en España, beatos Lucio Martínez Mancebo, presbítero de la Orden de
Predicadores, y compañeros mártires, que, apoyándose en la fortaleza de Cristo,
dieron su vida durante la misma persecución. Sus nombres son: Antonio López
Couceiro, Felicísimo Diez González, Saturio Rey Robles, Tirso Manrique Melero,
presbíteros; Gumersindo Soto Barros y Lamberto de Navascués y de Juan,
religiosos, de la Orden de Predicadores; y Manuel Albert Ginés, presbítero.
Ver más información en:
233 Mártires de la persecución religiosa en Valencia (1936)
233 Mártires de la persecución religiosa en Valencia (1936)
Los dominicos de Valencia se habían
trasladado a Calanda en 1931, cuando vieron que las cosas se estaban poniendo
turbias para la Iglesia en España. Calanda es un pueblo que en 1936 tenía unos
3.000 habitantes. Se encuentra a media distancia entre Zaragoza y Teruel. Era
un punto escondido en la geografía española. Por tanto, se vivía allí con
cierta tranquilidad, lejos de las ciudades y de las aglomeraciones. El 25 de
julio los frailes celebraron la misa con cierta serenidad. Pero dos días más
tarde corrió la voz de que los milicianos catalanes iban a copar el pueblo. Por
tanto, el P. superior mandó desalojar el convento. Efectivamente, el 27 los
milicianos ocuparon el pueblo y empezaron a detener gente. Ese mismo día
cayeron presos fray Gumersindo y los PP. Antonio, Felicísimo y Saturio; son
cuatro. Al día siguiente echaron mano al R Lucio, a fray Lamberto y al
sacerdote Manuel Albert. El 29 al amanecer cayó el octavo, el R Tirso. Siete
dominicos y un sacerdote secular. Los tuvieron presos en los bajos del ayuntamiento,
mezclados con otros muchos seglares de signo religioso. Estaban metidos en un
local indecente, sin luz, sin servicios higiénicos y sin ventilación. Peor que
una cuadra.
Se hizo un juicio de faltas. Alguien
exigía que se hicieran las cosas con justicia. Pero aquella justicia resultaba
ser de la siguiente manera: unos exigían matar a todos, y otros solamente a los
religiosos. Prevaleció la tendencia más benigna. Había que matar a estos ocho
sacerdotes. Y así se ejecutó sin más. Hay que decir que esta clase de juicios y
de decisiones se hacían siempre entre insultos, blasfemias y alguna que otra
bofetada. El grupo nuestro se daba perfecta cuenta de su situación y todos se
prepararon para la muerte. Se confesaron unos a otros. Y fue aquí donde Antonio
López Couceiro se mostró más animoso que los demás para decirles que era éste
el momento de perdonar. «Hay que perdonar. Es necesario perdonar». También
animaban a los seglares presos para que fueran fieles hasta la muerte.
He aquí la biografía de uno de estos
héroes, el P. Lucio Martínez Mancebo: Fraile sencillo pero de personalidad
recia y temperamento vigoroso, que demostró al hacer frente a los estudios
eclesiásticos, que le costaron mucho. Su tenacidad y espíritu religioso le
permitieron alcanzar el grado de Lector. Ejerció como profesor, y en 1936 era
Maestro de Novicios y Subprior en el Convento de Calanda (Teruel).
Alejado el Convento de grandes ciudades,
era peligroso en caso de conflicto. Al llegar la persecución, el P. Lucio se
preocupó de que los jóvenes saliesen del Convento y buscasen acogida fuera de
Calanda, mirando a Zaragoza. Al despedirlos con su bendición les aconsejó que
de llegar el caso de dar la vida por la fe, lo asumiesen con valentía.
Él con algunos religiosos quedaron en el
Convento que al ser asaltado, tuvieron que refugiarse en casas particulares. Al
amenazar de muerte a los que tenían frailes en la casa, salieron a la calle
donde fueron apresados, y dos días después fusilados. Subidos al camión que los
llevaba al lugar del martirio, inició con voz poderosa el rezo del Rosario
hasta el lugar del suplicio, en el que manifestaron su perdón a todos,
consumando el sacrificio de su vida al grito de ¡Viva Cristo Rey!
Descripción del grupo tomada de Año
Cristiano (BAC, 2003), biografía del beato, de Aciprensa.
fuente: Aciprensa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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