San Josué, santo del AT
fecha: 1 de septiembre
canonización: bíblico
hagiografía: El Testigo Fiel
canonización: bíblico
hagiografía: El Testigo Fiel
Elogio: Conmemoración de san Josué, hijo de
Nun, siervo del Señor, que al recibir la imposición de manos por Moisés fue
lleno del espíritu de sabiduría, y a la muerte de Moisés introdujo de modo
maravilloso al pueblo de Israel, cruzando el Jordán, en la tierra de promisión
(Jos 1,1).
Josué es quizá el personaje más extraño de
toda la Biblia Hebrea, aunque sólo sea por no tener mujer ni hijos. Tampoco
Jeremías se casó; pero se debió a una experiencia personal, justificada en
nombre de Dios. De Josué no se cuenta nada por el estilo. Si nos atenemos al
libro que lleva su nombre, el personaje experimenta una impresionante
transformación. Comienza como simple «ayudante» de Moisés (Jos 1,1) y termina
convertido, como Moisés, en «siervo del Señor» (Jos 24,29). En algunos aspectos
incluso supera a Moisés: de él se dice que es el único hombre al que Dios
obedeció (Jos 10,14), y en otro caso se lo presenta legislando. Como los
patriarcas y otros grandes personajes, muere a edad mítica, en este caso de
ciento diez años.
El carácter privilegiado del personaje se
advierte en que Dios le habla. En la «Historia Deuteronomista» (es decir, en
Deuteronomio y los libros que se relac´onan con él, de Josué hasta Reyes), la
fórmula «dijo el Señor a...» se encuentra 68 veces. La mayor cantidad está en
Deuteronomio, referida a Moisés; pero a partir de Josué, Dios sólo habla a un
juez, Gedeón; a los profetas (Samuel, Jehú, Elias, Elíseo...), y a dos reyes
(David, generalmente respondiendo a sus consultas, y Salomón). Con razón la
tradición judía sitúa a Josué entre los «primeros profetas».
Cuando el lector comienza ese conjunto que
llamamos «Historia Deuteronomista», se tiene una idea muy vaga de Josué. El
Deuteronomio lo menciona varias veces al comienzo y al final (Dt 1,38; 3,21;
31,3.7.14.23; 34,9). Sin embargo, no aportan nada sobre el pasado del personaje
(a excepción de que está al servicio de Moisés: 1,38), sólo hablan de su tarea
futura. En los libros anteriores, en Éxodo y Números, se delinea mejor la
figura de Josué. Aparece por primera vez, de improviso, en Ex 17,8-16, donde
dirige la batalla contra los amalecitas, mientras Moisés ora por el éxito del
combate. En Ex 24,13 es el único que sube al monte con Moisés, y le acompaña al
bajar, cuando se oye el griterío de los que adoran al becerro de oro (Ex
32,17). La estrecha relación entre Moisés y Josué se subraya también en Ex
33,11 («Josué hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda»). Es
Josué quien pide a Moisés que impida profetizar a Eldad y Medad (Nm 11,28). En
Nm 13,8, dentro de una lista de jefes enviados a explorar el país cananeo, se
le llama «Hoseas, hijo de Nun», y se dice que pertenece a la tribu de Efraín;
pocos versos después, quizá para evitar equívocos, se indica que Moisés le
cambió el nombre de Hoseas en el de Josué (Nm 13,16). A la vuelta de la
expedición defiende, junto con Caleb, que la tierra es buena y que el pueblo no
debe rebelarse contra el Señor volviendo a Egipto; por eso serán los únicos que
sobrevivan de todos los exploradores. Con Nm 27,15-23 llegamos al momento
capital, cuando es designado por Dios para suceder a Moisés. Junto con el
sacerdote Eleazar y los cabezas de familia de las tribus deberá actuar con los
rubenitas y gaditas según se comporten en la guerra (Nm 32,28), y con los
mismos personajes deberá llevar a cabo el reparto de la tierra (Nm 34,17).
A partir de los datos anteriores no es
fácil trazar la figura histórica del personaje, ya que proceden de tradiciones
muy distintas. Su persona se recordaba sobre todo en el Reino del Norte. La
visión de Josué en Éxodo parece seguir una antigua tradición que relaciona a
Josué con lugares sagrados (Ex 24,13a; 33,7-1 la) más bien que con batallas; en
cambio el Deuteronomio, que es el que desarrolla la presentación que asocia a
Josué con batallas (Ex 17,8-13), es el responsable último del énfasis de Josué
como guerrero. Su nombre varía. Si nos atenemos a la tradición contenida en Nm
13,16, su antiguo nombre era el de Hoseas (como el del profeta y el del último
rey de Israel); así se lo designa en Nm 13,8 y Dt 32,44. Pero Moisés le habría
cambiado el nombre en el de Josué. Ésta es la designación más frecuente, a la
que a menudo se añade «hijo de Nun». En Neh 8,17 se lo llama «Jesús (Ioshua)
hijo de Nun». Su misión abarca dos aspectos principales, conquistar la tierra y
repartirla, si bien el segundo aparece en la tradición sacerdotal no como obra
personal de Josué sino como obra de Eleazar, Josué y los cabezas de familia.
Su figura nunca eclipsa a la de Moisés,
incluso en el libro que lo tiene como protagonista, y que comienza hablando de
la muerte de Moisés (Jos 1,1), Moisés resulta ser el muerto más omnipresente
que se puede imaginar. 58 veces se lo lo mencionará, y en 18 de ellas con el
título honorífico de «siervo de Yahvé». Moisés ha muerto, pero sigue presente a
través de su ley (1,7; 8,31.32; 23,6), sus acciones (1,14; 12,6;
13,8.12.15.21.24. 29.32.33; 18,7; 22,7) y sus órdenes (1,13; 4,10.12;
8,31.33.35; 11,12.15) que vienen de Dios (ll,15[bis].20; 14,2.5; 22,9). Es el
punto de referencia para Dios (1,5; 3,7; 20,2), para los hombres (1,17; 17,4;
21,2) y para el narrador (4,14; 11,20.23; 21,8). Esta omnipresencia parece
traumatizar a su sucesor. En su primera intervención, a las tribus de Transjordania,
Josué menciona a Moisés en tres ocasiones (1,13.14.15), como si no se sintiese
seguro de su propia autoridad. Y otras tres cuando despide a esas mismas tribus
al final del libro (22,2.4.5). Sin embargo, esta preeminencia de Moisés hay que
matizarla, como dijimos antes, con los textos que hablan de un papel cada vez
más preponderante de Josué, que culmina hacia el final del libro, en el que su
grandeza se reconoce sin ambigüedad: «Después de estos acontecimientos, murió
Josué, hijo de Nun, siervo de Yahveh, a la edad de ciento diez años.» (Jos
24,29).
Texto tomado, con algunas modificaciones
para adaptarlo a una lectura no especializada, de la presentación del personaje
en el libro «Josué», de José Luis Sicre Díaz, ed. Verbo Divino, 2002, pág
24-26. Cuadro: Josué recibe de Moisés el mando, escena dentro de «Testamento y
muerte de Moisés», Luca Signorelli, 1481, fresco en la Capilla Sixtina.
El Testigo Fiel
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3130
can.: pre-congregación
país: Francia - †: s. III
país: Francia - †: s. III
En Reims, de la Galia
Bélgica, san Sixto, considerado primer obispo de esta ciudad.
can.: pre-congregación
país: Italia - †: s. IV
país: Italia - †: s. IV
En Capua, de la
Campania, en la vía Acuaria, san Prisco, mártir.
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