La iglesia determina, a través de una serie de hechos probables, de que la vida de esa persona se ajustó al Evangelio de Cristo |
Muchas personas tienen la creencia errada de que la Iglesia Católica convierte en Santos a las personas (las hace santas), cuando en realidad, lo que ocurre es que la iglesia determina, a través de una serie de hechos probables y de testimonios verídicos, de que la vida de esa persona se ajustó verdaderamente a la Vida del Evangelio y fue un fiel imitador de las virtudes cristianas. A partir de ese momento se inicia todo un proceso de reconocimiento que puede tardar años hasta la declaración final de santidad.
Muchos otros también se preguntan cuáles son los pasos que se siguen para la beatificación o canonización de esta persona que vivió el evangelio de Jesús en coherencia a su vida personal. El siguiente texto, nos brinda diez pasos necesarios que deben cumplirse según la legislación canónica vigente para declarar la Santidad de una persona. Esta lista se cumple en todos los procesos de las Causas de los Beatos y de los Santos. A continuación los pasos: 1.- El tiempoPara iniciar una causa es preciso que pasen al menos cinco años desde la muerte del candidato. Ello facilita mayor equilibro y objetividad en la valoración del caso, y permitir decantar las emociones del momento. Solo el Papa puede dispensar de este primer requisito, si se dan razones especiales. (Dato:Benedicto XVI concedió el 28 de abril dispensa del plazo de cinco años para iniciar el proceso de beatificación de Juan Pablo II, de modo similar a como lo hizo el mismo Juan Pablo II con el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.)2.- La fama de santidad ante el puebloDebe ser clara entre el pueblo de Dios la convicción sobre la fama de santidad (“fama sanctitatis”) y sobre la eficacia de la intercesión del candidato ante el Señor (“fama signorum”).3.- Comienzo del procesoLa instrucción que comienza al proceso debe proceder del obispo de la diócesis donde ha muerto el candidato, la persona sobre la que se pide la beatificación. A partir de ahí, el grupo promotor de la causa (“actor causae”), que puede ser una diócesis, una parroquia, una congregación religiosa, una asociación, pide al obispo, a través del postulador, la apertura de la instrucción.4.- Se constituye un tribunal diocesanoUna vez presentada la causa, el obispo de la diócesis, obtenido el “nulla obsta” (no existe impedimento para que el trámite siga su curso) de la Santa Sede, constituye un tribunal diocesano especial.5.- Presentación de los testimoniosEste tribunal diocesano, constituido, al menos, por un juez, un promotor de justicia y un notario-actuario, han de llamar a los testigos presentados por la postulación o por el mismo tribunal para que testifiquen sobre hechos concretos y, si es posible, experiencias personales sobre cómo vivió su fe y cómo practicó las virtudes cristianas el candidato a la beatificación.En concreto, los testigos serán preguntados acerca de cómo vivió el candidato las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, templanza y fortaleza), así como las específicas del propio estado de vida del candidato. Además, el tribunal ha de reunir todos los documentos que conciernan al candidato. Una vez completada esta fase, al candidato le corresponde el tratamiento de siervo de Dios. 6.- Envío a RomaTerminada la instrucción diocesana, las actas y documentación pasan a la Congregación para las Causas de los Santos, donde se elabora la copia pública que sirve para el trabajo posterior. El postulador, residente en Roma, sigue la dirección de un relator de la Congregación la preparación de la “positio”, que es la síntesis de los documentos que prueban el ejercicio heroico de las virtudes por parte del candidato.7.- La causa es evaluada por teólogosPresentada la “positio”, se somete al examen teológico de nueve teólogos que emiten su voto. Si el parecer de la mayoría de los teólogos es favorable, la causa pasa al examen de los cardenales y de los obispos miembros de la Congregación, que se reúnen dos veces al mes.Si el resultado es favorable, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos pasa el proceso al Papa para que proceda, si corresponde, a su aprobación y autorice a la Congregación a redactar el decreto correspondiente de reconocimiento de virtudes heroicas. A ello sigue la lectura pública y la promulgación del decreto. Desde ese momento el candidato pasa a denominarse venerable siervo de Dios. 8.- Un milagro para la BeatificaciónEl siguiente paso es el reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión del candidato. Este milagro ha de haberse producido después de su muerte. Se trata de una curación duradera y científicamente inexplicable después de que el enfermo en su persona y/o a través de las oraciones de otras personas se hayan encomendado al candidato a la beatificación.El milagro requerido es estudiado por una comisión de teólogos, una comisión médico-legal y finalmente por el consejo de cardenales y obispos miembros de la Congregación para las Causas de los Santos. Con estos vistos buenos, se procede a que el Papa apruebe el milagro y se emane el correspondiente decreto de reconocimiento de milagro. 9.- Decisión del Papa para beatificar a la personaPromulgados los dos decretos (el de virtudes heroicas y el del milagro), el Papa decide la beatificación, que es la concesión del culto público limitado a un ámbito particular de la Iglesia. Con la beatificación, al candidato le corresponde el título de beato.10.- Un segundo milagro para la CanonizaciónPara la canonización hace falta otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación. Las condiciones y procesos para la verificación del milagro son las mismas que las seguidas para la beatificación. Mediante la canonización se concede el culto público en toda la Iglesia universal. Compromete la infalibilidad pontificia. Con la canonización corresponde el título de santo.
Información vía: Ecclesia/BV
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jueves, 1 de noviembre de 2018
10 pasos que sigue la Iglesia para declarar santa a una persona
10 pasos que sigue la Iglesia para declarar santa a una persona
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