Beato Lanfranco de Canterbury, monje y obispo
fecha: 28 de mayo
n.: c. 1005 - †: 1089 - país: Reino Unido (UK)
canonización: culto local
hagiografía: «Diccionario de Filosofía», J. Ferrater Mora
n.: c. 1005 - †: 1089 - país: Reino Unido (UK)
canonización: culto local
hagiografía: «Diccionario de Filosofía», J. Ferrater Mora
En Canterbury, en Inglaterra, beato
Lanfranco, obispo, que, monje de Bec, fundó en Normandía una célebre escuela y
debatió con Berengario acerca de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre de
Cristo en el sacramento de la Eucaristía. Posteriormente fue promovido a la
sede de Canterbury, donde se ocupó con empeño en la reforma de la disciplina
eclesiástica en Inglaterra.
refieren a este santo: San Lanfranco de
Pavía, Beato Urbano II
La presente introducción biográfica no
proviene de una fuente hagiográfica habitual, sino -con apenas pequeños cambios
de redacción- del siempre bien documentado «Diccionario de la Filosofía» de
José Ferrater Mora, Ed. Sudamericana, 1964, tomo II, pp 15-16. Puesto que lo
que hizo famoso a Lanfranco de Canterbury -que no debe confundirse con
Lanfranco de Pavía, del 23 de junio, aunque los dos nacieron allí- fue la
controversia eucarística con Berengario de Tours, y que el mismo elogio del
Martirologio Romano pone como motivo principal, pareció lo más adecuado
recurrir para reseñar al personaje a una fuente teológica, más que
hagiográfica. En Año Cristiano, BAC, 1964 (y repetido en la edición 2003) hay
un artículo hagiográfico de buena calidad por Luis M. Pérez Suárez, OSB.
Lanfranco nació en Pavía hacia el 1005,
donde estudió leyes. Desterrado de allí -posiblemente por disputas políticas-,
pasó un tiempo al parecer en Bolonia. Luego regresó a Pavía, pero hacia 1036 se
trasladó a Francia, estudiando en Tours con Berengario. Tras enseñar en varios
lugares, incluyendo especialmente Avranches, gramática, retórica y posiblemente
dialéctica, entró (hacia el 1040) en el monasterio benedictino de Bec, en
Normandía, siendo nombrado prior del mismo hacia 1045.
En Bec se enseñaban el trivium y el
quadrivium [el conjunto de las disciplinas que formaba en el Medioevo el cuerpo
general de la enseñanza universitaria]; Lanfranco tuvo como discípulo en Bec,
entre otros que se hicieron ilustres, a san Anselmo de
Aosta. En 1066 Lanfranco fue nombrado Abad en Caen. Tras la
conquista de Inglaterra por Guillermo I, fue llamado a ocupar la sede del
arzobispado de Canterbury, donde lo sucedió Anselmo de Aosta.
Lanfranco mantuvo por espacio de unos
veinte años (aproximadamente entre 1049 y 1079) una agitada controversia
teológica con Berengario de Tours, quien había sido, como ya se dijo, uno de
sus maestros. La controversia versó sobre todo acerca del modo de interpretar
el dogma de la transubstanciación en la Eucaristía, Contra Berengario, que
adoptaba una posición «nominalista», Lanfranco mantenía una posición
«realista»: «una cosa -decía- no puede cambiarse en otra sin dejar de ser lo
que fue». Por tanto, hay cambio real de substancia en la Sagrada Forma. A veces
se considera a Lanfranco como uno de los «antidialécticos» [es decir que
rechazaban el uso de la razón para comprender los dogmas]. Sin embargo, el
juicio de Lanfranco sobre el papel y el uso de la dialéctica en teología fue
más bien moderado. La oposición de Lanfranco a Berengario era principalmente
doctrinal, pero también «metódica»; según Lanfranco, Berengario confiaba
excesivamente en el poder de la «dialéctica», de los «argumentos lógicos», para
comprender y probar las verdades reveladas y transmitidas por la autoridad de
la Iglesia, de modo que ningún argumento dialéctico debe sobreponerse a ellas.
Tanto o más que los argumentos dialécticos, deben usarse, para comprender y
probar dichas verdades, los textos de las Escrituras. Pero si los argumentos
dialécticos son usados con moderación, no hay motivo para oponerse totalmente a
ellos. Por esta razón la mayor parte de los historiadores de la filosofía
medieval tienden a considerar a Lanfranco como partidario de una posición
intermedia entre los «antidialécticos» extremos», del tipo de san Pedro Damián,
y los «dialécticos radicales», del tipo de Berengario de Tours.
Los escritos de Lanfranco (De corpore et
sanguine Domini [redactado hacia 1059]; De sacra coena [id. 1062]; Commentarii
in omnes Pauli Epistulas; Sermo sive sententiae; Epistolae) se hallan recogidas
en Migne, P.L., CL. Véase también L. C. Ramírez, La controversia eucarística
del siglo XI. Berengario de Tours a la luz de sus contemporáneos, 1940.
fuente: «Diccionario de Filosofía», J. Ferrater Mora
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1801
Santa Ubaldesca, virgen
fecha: 28 de mayo
n.: 1136 - †: 1206 - país: Italia
otras formas del nombre: Ubaldesca Taccini
canonización: culto local
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
n.: 1136 - †: 1206 - país: Italia
otras formas del nombre: Ubaldesca Taccini
canonización: culto local
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Pisa, de la Toscana, santa Ubaldesca,
virgen, quien durante cincuenta años, desde los dieciséis de edad hasta su muerte,
realizó de forma constante y perfecta obras de misericordia en el hospital de
su ciudad
Ubaldesca era natural de Calcinaia, en el
Valdano lnferior, Italia, donde nació en 1136. No tenía más que quince años
cuando decidió servir a Dios en la persona de los enfermos del Hospital de San
Juan, de Pisa, regentado por la Orden de San Juan de Jerusalén. En él las
personas consagradas al servicio de los enfermos observaban la regla de San
Agustín. Prestó su servicio con tanta entrega, amor y ternura que se hizo
notable a los pisanos, quienes comenzaron a acudir a ella en sus necesidades,
especialmente en las enfermedades.
Se corrió la voz de que la santa enfermera
Ubaldesca hacía milagros con el agua de un pozo del hospital. Por este medio la
beata atraía a la gente a Dios. Perseveró toda su vida en el servicio a los
enfermos, hasta su muerte, el 28 de mayo de 1206, luego de cincuenta y cinco
años de estarles dedicada. El culto a Ubaldesca no ha sido confirmado por la
Santa Sede, pero se le viene dando desde su muerte por parte de la Orden
sanjuanista y del pueblo de Pisa. Su nombre ha sido incluido en la última
edición del Martirologio Romano, lo que puede considerarse como una práctica
aprobación.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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