DEL CRISTIANO ESTÉRIL Y PARALIZANTE AL ''DIOS QUE VIENE''
El Dios que promete una salvación por comulgar una vez al año e ir a misa los domingos, o practicar los primeros viernes de mes y llevar el escapulario del Carmen, ni es el Dios de Jesucristo, ni es el Dios creador del hombre, porque Dios creó al hombre caminante. Y ahora yo pregunto, ¿no es verdad que ''el Dios que viene'', no coincide con el Dios que tenemos? El mundo está lleno de cristianos que aprendieron un catecismo y cuando les propones la necesidad de caminar y buscar te dicen que no les vengas con novedades. ¿Cómo pueden llamarse cristianos si ni siquiera son hombres? Es mejor equivocarse caminando, que acertar sin caminar, decía el P. Arrupe, general de los jesuitas. Por eso hay que predicar contra ese cristianismo estéril y paralizante que no ayuda nada. Los cristianos que dan sentido a su caminar son los que en secreto y en silencio -tontos, angelitos o inocentes- sueñan; estos son cristianos de verdad, aunque no los conozca nadie.
El cristiano es ''Dios que viene'', es decir, si yo tengo a Dios dentro de mí, me hará caminar hacia su búsqueda y ayudaré a otros a buscarle. El que cree hoy lo mismo de hace veinte años, es un paralítico, no camina, y cuando el Dios de Jesucristo se cruce en su camino no le reconocerá. Sin embargo, ya puedes estar en una cama enfermo toda la vida, ser ciego o mudo sin pronunciar palabra, que si llevas esa alegría dentro, la contagiarás a tu alrededor, te colocarás al lado de un cojo y cojearéis los dos..., pero llenos de esperanza y de sentido. Mientras no salgamos de la charca del materialismo y de la instalación, estas cosas no se producirán. Sólo vemos y creemos en lo que tocamos y palpamos y así hacemos estériles nuestras vidas. Bastaría sólo con desear un mundo mejor y aspirar a ayudar a los demás, que ya estoy colaborando con Dios en hacer que llegue el Reino de Dios a la tierra. Es fundamental que el cristiano lo sepa.
Que nos quede bien grabado: el cristiano es el lugar por donde Dios viene, y si Dios viene por ti, eres cristiano; si no viene, no eres cristiano.
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