“RE-INVENTARSE”
David
Mateo. 11-28-2015
La vida es una constante llena de puertas que se
abren y otras que se cierran. No podría de ser de otra manera. Nos toca a todos
decidir cuando y cual de todas esas puertas hay que abrir o cerrar. Re-inventarse
requiere del valor y la fe necesarias para reconocer cuando es el tiempo de
cambiar y renovarnos, cerrar puertas y abrir otras.
Cerrar puertas lleva consigo la nostalgia del
camino recorrido, las experiencias compartidas y las personas quienes nos influyeron
y a las cuales influimos.
No es un trabajo sencillo, pues se requiere de
suficiente madurez y fe para darse cuenta que los momentos son otros, las
personas son otras, y las expectativas apuntan en otra dirección. Cuando la
vida nos cambia la dirección del viento, mas vale que estemos dispuestos a
navegar otras aguas, fluir en la dirección del universo y aprender a nacer de
nuevo. Los que se resisten al cambio están condenados a remar en la dirección
donde los milagros ya no parecen tanto y se repiten los mismos errores.
Por otra parte, abrir nuevas puertas nos da una
buena dosis de entusiasmo, alegría y expectación. Los nuevos comienzos nos
desafían a poner en practica las cosas que hemos aprendido en el camino, a
estar atentos a las que nos llevaron a bajar los brazos y a replantearnos una
nueva manera de ver la realidad. A través de la historia, los que decidieron
levantar anclas y salir en busca de la nueva experiencia son aquellos que
aprendieron mas, bendijeron mas y dejaron un legado.
Por lo tanto, Dios y el universo nos llaman
constantemente a la renovación. A navegar nuevas aguas, a cruzar fronteras, a
germinar y a buscar nuevos rumbos. Si confiamos que Dios está con nosotros y
hacemos las obras que honran nuestra presencia en la tierra, entonces podemos
contar que cualquier cambio de dirección valió la pena.
Antes de zarpar habrá que dejar ir, perdonar y ser
perdonados, olvidar, limpiar el alma y el corazón, darle una oportunidad a la
sorpresa, al éxito y a los desafíos. Pero lo mas importante quizás, ser
agradecidos y nunca olvidar que el Dios que fue bueno con nosotros, lo sigue
siendo hoy y los será mañana.
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