6
El Buda le
enseñó a su discípulo Ananda a observar la impermanencia, a ver a la muerte en
cada respiración. Debemos conocer la muerte; debemos morir de modo que podamos
vivir. ¿Qué significa esto? Morir es llegar al final de nuestras dudas, de
todas nuestras preguntas, y sólo estar aquí con la realidad presente. Usted
nunca puede morir mañana;
usted debe morir
ahora. ¿Lo puede hacer? Si lo puede hacer, usted conocerá la paz de no hacerse
más preguntas.
7
La muerte está
tan cerca como nuestra respiración.
8
Si usted se ha
entrenado adecuadamente no se sentirá atemorizado cuando caiga enfermo, ni
alterado cuando alguien muere. Cuando vaya a hospitalizarse para un
tratamiento, determine en su mente que si usted mejora, eso está bien, y que si
usted muere, también está bien. Le garantizo que si los doctores me dijesen que
tengo cáncer y que me voy a morir en unos pocos meses, les recordaría:
"Tengan cuidado, por que la muerte está viniendo por ustedes también. Sólo
es cuestión de quién se va primero y quién después." Los doctores no van a
curar de la muerte ni impedirla. Sólo el Buda era ese tipo de doctor, entonces
¿por qué no seguimos adelante y usamos la medicina del Buda?
9
Si usted está
asustado por la enfermedad, si teme a la muerte, entonces usted debería
contemplar de dónde vienen. ¿De dónde vienen? Surgen del nacimiento. Por lo
tanto, no se ponga triste cuando muere alguien —es sólo la naturaleza, y su
sufrimiento en esta vida ha terminado. Si quiere ponerse triste, póngase triste
cuando la gente nace: "Oh, no, aquí vienen otra vez. ¡Van a sufrir y morir
otra vez!"
10
"El Que
Sabe" sabe con claridad que todos los fenómenos son insubstanciales. De
modo que "El Que Sabe" no se pone feliz o triste, no va detrás de
condiciones cambiantes. Ponerse feliz, es nacer; apesadumbrarse es morir.
Habiendo muerto, nacemos otra vez; habiendo nacido, morimos otra vez. Este
nacimiento y muerte de un momento al siguiente es la interminable rueda girante
del samsara.
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