Reflexión Espiritual
De las homilías de san
Beda el Venerable, presbítero
PRECURSOR DEL NACIMIENTO Y DE LA MUERTE DE CRISTO
El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios ya que, como dice la Escritura, la gente pensaba que cumplía una pena, pero él esperaba de lleno la inmortalidad. [...]
No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, sí trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo. Cristo, en efecto, dice: «Yo soy la verdad»; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo.
Beda el Venerable, presbítero
PRECURSOR DEL NACIMIENTO Y DE LA MUERTE DE CRISTO
El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios ya que, como dice la Escritura, la gente pensaba que cumplía una pena, pero él esperaba de lleno la inmortalidad. [...]
No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, sí trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo. Cristo, en efecto, dice: «Yo soy la verdad»; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo.
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