Es feo ver cristianos mundanos, dijo el Papa en su homilía

El Papa Francisco celebra la Misa matutina en la Capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM
26/05/2015 14:43

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(RV).- “Es feo ver a un cristiano” que quiere “seguir a Jesús y a la mundanidad”. Es la exhortación del Papa en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En efecto el Pontíficesubrayó que en su vida, un cristiano, debe hacer una elección radical, por lo que no puede existir “un cristianismo a medias”, no es posible tener “el cielo y la tierra”.
Pedro pregunta a Jesús qué habrían recibido los discípulos al seguirlo, una pregunta planteada después de que el Señor había dicho al joven rico que vendiera todos sus bienes en favor de los pobres. Francisco desarrolló su homilía a partir de este diálogo que es de gran actualidad.
Un cristiano no puede tener el cielo y la tierra, no hay que apegarse a los bienes
El Santo Padre observó que Jesús responde de una manera diversa de la esperada por los discípulos: no habla de riquezas, sino que en cambio promete la herencia del Reino de los cielos “pero con la persecución y con la cruz”:
“Por esto, cuando un cristiano está apegado a los bienes, hace el papelón de un cristiano que quiere tener las dos cosas: el cielo y la tierra. Es la piedra de toque, precisamente, es esto que dice Jesús: la cruz, las persecuciones. Esto quiere decir negarse a sí mismo, padecer cada día la cruz… Los discípulos tenían esta tentación, de seguir a Jesús pero después ¿cuál será la recompensa, al final, de este buen negocio? Pensemos en la mamá de Santiago y de Juan, cuando pidió a Jesús un lugar para sus hijos: ‘Ah, a éste me lo haces primer ministro y a éste ministro de economía…’, y surgió el interés mundano de seguir a Jesús”.
Pero después – subrayó Francisco – “el corazón de estos discípulos fue purificado”, en Pentecostés, cuando “entendieron todo”. Y añadió que “la gratuidad en el seguir a Jesús  es la respuesta a la gratuidad del amor y de la salvación que nos da Jesús”. Y cuando “se quiere ir tanto con Jesús como con el mundo, tanto con la pobreza como con la riqueza – dijo – esto es un cristianismo a medias, que quiere una ganancia material. Es el espíritu de la mundanidad”.
Riquezas, vanidad y orgullo nos alejan de Jesús
Aquel cristiano – afirmó el Papa evocando al profeta Elías, “cojea de las dos piernas” porque “no sabe lo que quiere”. Y  añadió que para entender esto es necesario recordar que Jesús nos anuncia que “los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”, es decir “aquel que cree o que es el más grande” se debe convertir en “el servidor, en el más pequeño”:
“Seguir a Jesús desde el punto de vista humano no es un buen negocio: es servir. Lo dijo Él, y si el Señor te da la posibilidad de ser el primero, tú debes comportarte como el último, es decir en el servicio. Y si el Señor te da la posibilidad de tener bienes, tú debes comportarte en el servicio, o sea por  los demás. Son tres cosas, tres escalones que nos alejan de Jesús: las riquezas, la vanidad y el orgullo. Por esto las riquezas son tan peligrosas, porque te llevan inmediatamente a la vanidad y te crees importante. Y cuando te crees importante te la crees y te pierdes”.
Un cristiano mundano es un contra-testimonio
El camino que indica el Señor – dijo también el Papa Bergoglio –  es el del “despojamiento”, como hizo Él: “Quien es el primer de entre ustedes se haga siervo de todos”. Y agregó que a Jesús “este trabajo” con los discípulos “le costó tanto, tanto tiempo, porque no entendían bien”. Y entonces –  dijo –  “también nosotros debemos pedirle: ‘¿Nos enseñas este camino, esta ciencia del servicio? ¿Esta ciencia de la humildad? ¿Esta ciencia de ser los últimos para servir a los hermanos y a las hermanas de la Iglesia?”:
“Es feo ver a un cristiano, independientemente que sea laico, consagrado, sacerdote, obispo, es feo cuando se ve que quiere las dos cosas: seguir a Jesús y los bienes, seguir a Jesús y la mundanidad. Y esto es un contra-testimonio, y aleja a la gente de Jesús. Ahora continuamos la celebración de la Eucaristía pensando en la pregunta de Pedro. ‘hemos dejado todo: ¿cómo nos pagarás?’, y pensando en la respuesta de Jesús. El precio que Él nos dará es la semejanza a Él. Este será el ‘sueldo’. ¡Gran ‘sueldo’, asemejarse a Jesús!”
(María Fernanda Bernasconi - RV).

El Papa en Santa Marta: 'No se puede seguir a Jesús y al mundanismo'

En la homilía de este martes, el Santo Padre recuerda que “seguir a Jesús desde el punto de vista humano no es un buen negocio"

Vatican City,  (ZENIT.orgStaff Reporter | 151 hits

No se puede seguir a Jesús y al mundanismo, ni se puede tener el cielo y la tierra, es feo un cristianismo a mitad y es necesario tomar una decisión radical. Lo indicó este martes por la mañana el papa Francisco en la homilía en la capilla de la residencia Santa Marta, partiendo de la pregunta de Pedro a Jesús, sobre qué habrían ganado los discípulos en seguirle, una pregunta realizada después de que el Señor le había dicho al joven rico de vender todos sus bienes y darlos a los pobres.
Por ello el Santo Padre observa que Jesús respondió en una dirección diversa de la que se esperaban los discípulos: no habla de riquezas, promete en cambio la herencia del Reino de los cielos, sin excluir “persecución y la cruz”.
“Cuando un cristiano -indicó Francisco- está apegado a los bienes, da la mala impresión de una cristiano que quiere tener dos cosas: el cielo y la tierra. Y la piedra de paragón justamente es la que Jesús indica: la cruz y las persecuciones. Esto quiere decir negarse a sí mismo, llevar cada día la cruz...”
Porque “los discípulos al seguir a Jesús tenían esta tentación: ¿Será un buen negocio? Pensemos a la mamá de Santiago y Juan, cuando le pide a Jesús un lugar para sus hijos: 'A este me lo haces primer ministro, a este otro ministro de economía...' porque tiene el interés mundano de seguir a Jesús”. Pero después, indicó Francisco, “el corazón de estos discípulos fue purificado”, hasta que llegó Pentecostés y ellos “entendieron todo”.
“La gratuidad en seguir a Jesús -añadió el Pontífice- es la respuesta a la gratuidad del amor y de la salvación que nos da Jesús”. Y cuando “se quiere ir sea con Jesús que con el mundo, sea con la pobreza que con la riqueza, esto es un cristianismo a mitad, que quiere una ganancia material. Es el espíritu del mundo”. Esos cristianos hacen eco a las palabras del profeta Elías, “cojean con las dos piernas” porque “no saben lo que quieren”.
Por lo tanto evidenció que para entender esto es necesario acordarse de que Jesús nos anuncia que “los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”, o sea “aquel que se cree o que es el más grande” se tiene que volver “el servidor, el más pequeño”.
“Seguir a Jesús desde el punto de vista humano no es un buen negocio: es servir. Lo ha hecho Él, y si el Señor te da la posibilidad de ser el primero, tú tienes que comportarte como el último, o sea, servir. Y si el Señor te da la posiblidad de tener bienes, tú debes emplearte en servir a los otros. Son tres cosas, tres escalones, los que te alejan de Jesús: las riquezas, la vanidad y el orgullo. Por esto son tan peligrosas las riquezas, porque te llevan en seguida a la vanidad y te crees importante. Y cuando uno se cree importante pierde la cabeza y se pierde”.
El camino indicado por el Señor, es el del 'despojarse como ha hecho É'l, indicó el Papa, precisando sus palabras: “Quien es el primero entre ustedes se haga siervo de todos”.
Y a Jesús este 'trabajo' con los discípulos le “costó mucho tiempo porque ellos no entendían bien”. Por ello “también nosotros tenemos que pedirle a Él que nos enseñe este camino, esta ciencia de saber servir, esta ciencia que es ser humildes, esta ciencia que es volverse los últimos para servir a los hermanos y hermanas de la Iglesia”.
“Que feo es -indicó el Papa- ver a un cristiano, sea laico, consagrado, sacerdote, obispo, cuando se ve que busca dos cosas: seguir a Jesús y a los bienes, seguir a Jesús y al mundanismo. Esto est un anti-testimonio que aleja a la gente de Jesús. Prosigamos ahora con la celebración eucarística pensando a la pregunta de Pedro: 'Hemos dejado todo, ¿cómo nos pagarás?' Y pensando a la respuesta de Jesús. El pago que nos dará es asemejarnos a Él. Este será el 'sueldo'. ¡Un gran sueldo, asemejarnos a Jesús!”