El pueblo los ama, sean pobres y humildes, dijo el Papa a los Frailes Menores
(RV).- Después de mediodía, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Obispo de Roma celebró un encuentro con los doscientos participantes en el Capítulo General de la Orden de los Frailes Menores.
A todos ellos el Santo Padre les dio su bienvenida agradeciendo, en primer lugar al Padre Michael Perry, Ministro General, las palabras cordiales que le dirigió en nombre de los presentes, y a quien deseó todo bien en el ejercicio de la misión en la que ha sido confirmado.
Al extender su saludo a toda la Orden, de modo especial a los hermanos enfermos y ancianos, el Papa Francisco destacó que durante estas jornadas de reflexión y oración, se han dejado guiar de modo particular por dos elementos esenciales de su identidad: el hecho de ser minoristas, es decir de pertenecer a las órdenes menores, y la fraternidad.
De la primera característica el Pontífice dijo que los llama a ser y a sentirse pequeños ante Dios, encomendándose totalmente a su infinita misericordia. Y añadió que la perspectiva de la misericordia es incomprensible para cuantos no se reconoce “menores”, es decir pequeños, necesitados y pecadores ante el Padre.
A la vez que reafirmó que esta cualidad también significa salir de sí mismos, de sus propios esquemas y puntos de vista personales para ir más allá de las estructuras, que también son útiles si se las usa con sabiduría. Significa asimismo salir de los hábitos y de las seguridades – dijo Francisco – para testimoniar la concreta cercanía a los pobres, a los necesitados y a los marginados, con una auténtica actitud de participación y de servicio.
De la segunda característica, es decir la dimensión de la fraternidad, el Papa recordó que pertenece de manera esencial al testimonio evangélico. Por esta razón afirmó que su familia religiosa está llamada a expresar esta fraternidad concreta, mediante la recuperación de la confianza recíproca en las relaciones interpersonales, a fin de que el mundo vea y crea, reconociendo que el amor de Cristo cura las heridas devolviendo una cosa sola.
El Santo Padre concluyó su alocución encomendando a la entera Orden de los Frailes Menores a la protección maternal de la Virgen María, a quien veneran come Patrona con el título de Inmaculada. “Que también los acompañe la Bendición que les imparto de corazón – les dijo Francisco – y, por favor – añadió – no se olviden de rezar por mí.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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