jueves, 7 de julio de 2016

Beato Benedicto XI, papa - Beato Oddino Barotti, presbítero (7 de julio)

Beato Benedicto XI, papa

fecha: 7 de julio
n.: 1240 - †: 1304 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Clemente XII 24 abr 1736
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Perugia, de la Umbría, tránsito del papa beato Benedicto XI, de la Orden de Predicadores, que, benigno y bondadoso, conciliador y amante de la paz, promovió durante su breve pontificado la concordia en la Iglesia, la renovación de la disciplina y el enaltecimiento de la devoción religiosa.
refieren a este santo: Beato Jacobo Benfatti

Nicolás Boccasini nació en Treviso en 1240. Se educó en su ciudad natal y en Bolonia, donde tomó el hábito de Santo Domingo, a los dieciesiete años. En 1268, fue nombrado profesor y predicador en Venecia y Bolonia. En el ejercicio de su cargo, comunicó a otros las riquezas espirituales que había atesorado en el silencio y el retiro, sin dejar por ello de progresar en la vida interior. El beato compuso un volumen de sermones y escribió varios comentarios sobre la Sagrada Escritura, que se conservan todavía. Fue elegido prior provincial de Lombardía y, en 1296, fue nombrado superior general de la Orden de Predicadores. Dos años más tarde, recibió el capelo cardenalicio y, poco después, fue hecho obispo de Ostia. El Sumo Pontífice le envió a Hungría como legado ad latere para arreglar las diferencias que dividían el país. El cardenal empezaba con éxito su misión, porque su saber, su prudencia y su desinterés, le ganaban el respeto de todos, cuando fue súbitamente llamado de nuevo a Roma.
Desde tiempo atrás, la Santa Sede se hallaba en dificultades con el rey Felipe de Francia, quien había exigido considerables impuestos al clero para poder llevar adelante la guerra contra Inglaterra. Los cardenales Colonna se aliaron con el monarca francés contra Bonifacio VIII. Como el rey de Francia hubiese sustituido por un documento falso, el documento en el que dicho Pontífice afirmaba las prerrogativas pontificias, Bonifacio VIII publicó la famosa bula «Unam Sanctam», en la que determinaba, entre otras cosas, las relaciones entre el poder espiritual y el poder temporal. Al año siguiente, Felipe convocó a un concilio general para que juzgara al Papa de los cargos, tan infames como falsos, presentados por el consejero real, Guillermo de Nogaret, y un caballero, Guillermo du Plessis (estos personajes, muy duchos en esa clase de hazañas, desempeñaron más tarde un papel importante en la supresión de los Templarios, a los que se acusaba de crímenes horribles). Bonifacio tuvo que refugiarse en Agnani, abandonado de todos, excepto del cardenal obispo de Sabina y del cardenal obispo de Ostia, Nicolás Boccasini. Aconsejado y apoyado por ellos, Bonifacio procedió rápidamente y con vigor. Preparó la bula de excomunión contra el rey de Francia, pero la víspera de su promulgación, Nogaret y Sciarra Colonna, uno de los jefes del partido gibelino, irrumpieron en la residencia del Pontífice, a la cabeza de un grupo de esbirros armados y se apoderaron de Bonifacio VIII. Tres días después, el 11 de septiembre, los habitantes de Agnani pusieron en libertad al Papa, quien volvió a Roma. donde murió el 11 de octubre.
El cardenal Nicolás Boccasini se hizo cargo de la difícil situación, pues fue elegido Papa dos semanas después y tomó el nombre de Benedicto XI. Inmediatamente se consagró a resolver el problema, con plena confianza en Dios y de acuerdo con su intachable rectitud. Pero en su breve pontificado apenas tuvo tiempo de dar los primeros pasos para restablecer la paz. La política del nuevo Pontífice fue de paz, sin comprometer por ello la actividad de su predecesor. Benedicto favoreció a los frailes mendicantes. Todos los cardenales nombrados por él eran dominicos; entre ellos se contaba a los ingleses Guillermo Maklesfield, arzobispo de Canterbury, que murió en Lovaina, antes de que llegase la noticia de su elevación al cardenalato y Walter Winterburn, arzobispo de Salisbury. El Papa siguió practicando las mortificaciones y penitencias de un fraile, así como la humildad y moderación que siempre le habían caracterizado. En cierta ocasión, su madre vestida en forma especialmente elegante, fue a visitarle a la corte pontificia pero Benedicto se negó a recibirla hasta que cambió sus vestidos por el modesto atuendo ordinario. Benedicto XI sólo reinó ocho meses y algunos días; sin embargo, en ese breve espacio, como lo dice el Martirologio Romano, «promovió la concordia en la Iglesia, la renovación de la disciplina y el enaltecimiento de la devoción religiosa». Murió súbitamente en Perugia, el 7 de julio de 1304. Su culto fue confirmado en 1736.
En la «Biblioteca Hagiográfica Latina» de los Bolandistas se mencionan varias breves biografías de Benedicto XI (nn. 1090-1094); entre ellas se cuenta un resumen biográfico, debido a la pluma de Bernardo Guy, adoptado por el Líber Pontificalis (vol. II, pp. 471-472). Véase también Mortier, Maitres Généraux O. P., vol. II; H. Finke, Aus den Toden Bonifaz VIII (1902); las Regesta de Benedicto IX, editadas por C. Grandjean; y A. Ferrero, B. Benedetto XI (1934).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2277






Beato Oddino Barotti, presbítero

fecha: 7 de julio
fecha en el calendario anterior: 21 de julio
n.: 1344 - †: 1400 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Pío VII 1808
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Fossano, en el Piamonte, beato Oddino Barotti, presbítero, párroco pobre y austero, que consumió su vida entregándose día y noche al cuidado de enfermos y moribundos durante el transcurso de una peste contagiosa.

La vida de un sacerdote diocesano en una parroquia se presta para seguir el camino de la santidad, pero es generalmente muy poco espectacular. Lo mismo sucedía en la Edad Media, cuando vivieron y murieron en la oscuridad numerosos párrocos de virtud heroica, y su nombre se perdió con ellos. Sólo en unos cuantos casos el culto local perpetuó su memoria, pero no los detalles de su vida, ya que generalmente sólo se conservaba una especie de «catálogo» de sus virtudes. El beato Oddino Barotti constituye un caso excepcional por la multiplicidad de sus actividades, a pesar de que no pasó de ser un humilde párroco y vivió totalmente ajeno a la política, tanto eclesiástica como secular.
Hacia el año 1360, Oddino fue nombrado párroco de San Juan Bautista, en su pueblo natal de Fossano, en el Piamonte. Era tan abnegado, que el obispo de Turín tuvo pronto que darle la orden de comer un poco de carne, a pesar de todos los votos que pudiese haber hecho en sentido contrario, y de guardar lo necesario para su mantenimiento, pues el buen párroco gastaba todas las rentas de la parroquia en socorrer a los pobres y se estaba arruinando la salud. En 1374, fue nombrado preboste del capítulo de la colegiata de Fossano (que actualmente es catedral) y párroco de ella. Pero cuatro años más tarde, renunció a ambos beneficios para dirigir una cofradía religiosa que se lo había pedido. Después, ingresó en la Tercera Orden de San Francisco y convirtió su casa en una especie de refugio de todos los miserables. En 1381 hizo una peregrinación a Tierra Santa. A su retorno, fue nombrado director de la cofradía de la Cruz, que se dedicaba a cuidar a los enfermos y a ofrecer asilo a los peregrinos. El beato construyó un hospital gratuito y, junto a él, una hospedería en la que los pobres y los peregrinos podían permanecer todo el tiempo que quisiesen. La hospedería siguió funcionando hasta el siglo XIX.
Viendo la capacidad de organización de Oddino, su sucesor en el capítulo le pidió que se encargase de la construcción de la nueva colegiata. Así lo hizo el beato y empleó en ello todos sus recursos naturales y sobrenaturales. En cierta ocasión, los obreros transportaban una pesada viga en una carreta tirada por bueyes; la carreta se atascó en el barro y era imposible moverla; entonces el beato, tomando la puya, exclamó: «En el nombre de Dios y de san Juvenal, ¡adelante!» Y la carreta avanzó (san Juvenal era el patrono de Fossano). En otra ocasión, mientras Odino se hallaba orando en la iglesia, uno de los obreros cayó de la torre y se mató. El beato tomó la mano del cadáver y le dijo: «Levántate y vuelve a trabajar». El hombre se levantó al punto, perfectamente sano. En 1396, los canónigos rogaron a Oddino que aceptase de nuevo el cargo de preboste; así lo hizo para poder trabajar en una parroquia en la que era tan conocido y tan querido. Cuatro años más tarde, la peste hizo enormes estragos en la región. El beato Oddino se dedicó a atender día y noche a los enfermos y moribundos, hasta que él contrajo también la enfermedad y murió el 7 de julio de 1400. Fue un fin verdaderamente digno de quien había vivido entregado toda su vida al cuidado de sus prójimos. Su recuerdo sigue todavía vivo en Fossano. El culto del beato fue confirmado en 1808.
En Acta Sanctorum, julio, vol. v, hay un breve esbozo biográfico, un panegírico traducido del italiano y la copia de un tosco grabado (ver imagen) que representa al beato.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2278

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