POR 25 CENTAVOS
"¡Bah!, olvídalo, son sólo 25 centavos. ¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad? Acéptalo como un regalo de Dios".
Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle la moneda al conductor diciéndole:
"Tome, me dio usted 25 centavos de más". El conductor, con una sonrisa, le respondió: "Sé que es el nuevo sacerdote del pueblo. Estaba pensando regresar a la Iglesia y quería ver qué haría usted si yo le daba cambio de más". Se bajó el sacerdote sacudido por dentro y pensó: "¡Oh, Dios mío!, por poco te vendo por 25 centavos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario