jueves, 28 de enero de 2016

Beato Julián Maunoir, religioso presbítero - Santos Agata Lin Zhao, Jerónimo Lu Tingmei y Lorenzo Wang Bing, catequistas mártires (28 de enero)

Beato Julián Maunoir, religioso presbítero

fecha: 28 de enero
n.: 1606 - †: 1683 - país: Francia
canonización: 
B: Pío XII 20 may 1951
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En el lugar de Plévin, en Bretaña Menor, beato Julián Maunoir, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que por espacio de cuarenta y dos años se entregó a las misiones populares por todos los lugares y aldeas del territorio.
refieren a este santo: Beato Antonio Baldinucci
No se puede decir que los católicos de otras naciones ignoran la historia religiosa de Francia en el siglo XVII, pero es indudable que uno de los aspectos menos conocidos de esa historia es el trabajo de los misioneros en el interior del país. Todo el mundo está al tanto de las actividades de un monsieur Olier, en París, o de un san Vicente en todo el territorio francés; pero son mucho menos conocidas las actividades de un san Juan Eudes en Normandía, de un san Pedro Fourrier en Lorena, de un P. Juan Lejeune en el Limousin, el Languedoc y la Provenza, de un san Juan Francisco de Regis en Velai y Vivarés, y en general de todas las misiones de la Bretaña. Sin embargo, según opina Henri Brémond, estas últimas fueron las más fructuosas de todas y, ciertamente, las más pintorescas. Entre los misioneros de la Bretaña se destacan el benedictino Miguel Le Nobletz y el P. Julián Maunoir. Este había nacido en la diócesis de Reims en 1606 e ingresó en la Compañía de Jesús, en 1625.
Sin duda que se ha exagerado la impiedad y barbarie de los bretones de aquella época y la negligencia de su clero; pero eso no quita que fuesen extremadamente supersticiosos, brutales, turbulentos y al mismo tiempo, muy abiertos al mensaje evangélico. La región que produjo tantos piratas pendencieros fue también la tierra de Armelle Nicolás y de los calvarios barrocos y las estatuas de la Baja Bretaña. Los místicos abrieron el camino a los misioneros. Y el P. Bernard, SJ, y Dom Le Nobletz, atrajeron la atención de Julián Maunoir hacia ese campo y le aconsejaron que aprendiese el idioma bretón. El P. Maunoir llegó a dominarlo en brevísimo tiempo.
Cuando el P. Maunoir empezó a trabajar en la Bretaña, en 1640, había sólo otros dos misioneros. A su muerte, ocurrida cuarenta y tres años más tarde, había más de mil. Renán habría de quejarse, más tarde, de que sus antepasados habían sido "jesuitizados" y desnacionalizados por los misioneros procedentes de otras regiones de Francia. La realidad es que hubo apenas un puñado de jesuitas, de los que la mayoría eran bretones, y un fuerte contingente del clero bretón que cooperó con los padres de la Compañía y se sometió espontáneamente a la rigurosa disciplina que les impuso el P. Maunoir. Por lo demás, la técnica del trabajo misional había sido ideada por un bretón no jesuita, Miguel Le Nobletz, a quien se ha llamado "el último de los bardos". La tarea consistía, ante todo, en la instrucción religiosa; "la predicación emocional", capaz de arrastrar a las multitudes en un momento dado, sólo se empleó como instrumento secundario. Los misioneros se ayudaban en su tarea con imágenes en colores, algunas de las cuales se conservan todavía en la biblioteca de Quimper. Se trataba de ilustraciones de la Pasión, del Padre nuestro, de los pecados capitales, etc., bajo las diferentes alegorías del Caballero Errante, de las Seis Ciudades de Refugio, de Los Tres Arboles... Con esto, se despertaba la imaginación popular y las cualidades poéticas del espíritu humano. Las imágenes, la vividez y el sentido del humor de los comentarios hechos por los misioneros es lo que hacía pensar a Henri Brémond en la semejanza entre el beato y la obra de John Bunyan (el «Pilgrim's Progress», famosa novela alegórica inglesa de instrucción religiosa). Pero además, había representaciones con cuadros plásticos vivientes. De ahí se originaron las famosas procesiones en las que se representaba, por ejemplo, la Pasión del Señor. El P. Maunoir predicaba y los actores encarnaban su palabra, en tanto que "los oyentes sollozaban de emoción". Algunos se quejaron de la emotividad de tales actos, pero los obispos bretones apoyaron al misionero.
Otro de los métodos era el empleo de cantos religiosos, de los cuales algunos eran ya tradicionales y otros habían sido compuestos por el mismo P. Maunoir. Probablemente sólo nos ha quedado uno, tal como él lo escribió, y debe confesarse que en la traducción del bretón al francés, pierde mucho de su gracia original. Lo cierto es que Julián tenía el don de versificar con gran sentimiento y que los cánticos religiosos constituían un factor importante en las misiones bretonas. Al empleo del idioma local se añadía la devoción a los santos bretones de la antigüedad. La región de St. Corentin, en la diócesis de Quimper, fue el campo predilecto del P. Maunoir.
Como la leyenda de los santos celtas está llena de milagros -algunos de ellos conmovedores, otros fantásticos y aun poco edificantes entre los realmente convincentes-, así la evangelización llevada a cabo por Julián, fue apoyada por numerosos milagros y prodigios. El P. Boschet, SJ, que escribió la primera biografía del beato en 1697, había estudiado una narración de sus milagros; su comentario fue el siguiente: "Me parecieron tan extraordinarios que no pude por menos que sospechar que el autor había exagerado la realidad para glorificar al siervo de Dios". Sin embargo, después de haber hecho investigaciones detenidas, el escepticismo del P. Boschet disminuyó mucho. ¿Por qué sorprenderse de que la renovación del cristianismo en Bretaña haya sido confirmada con milagros semejantes a los que acompañaron su introducción en el mundo?
Desde el punto de vista humano, el P. Maunoir no era especialmente inteligente y tenía cierta tendencia a la credulidad; pero era, a la vez, un verdadero jefe que se hacía obedecer, un organizador de primera talla y un hombre de gran visión. Buena parte del éxito de sus misiones se debe a que las dirigió tanto a los pastores, como a las ovejas. El puntero para comentar las imágenes, se convirtió en el arma distintiva de sus misioneros y en un símbolo del dedo que señalaba el camino. Durante los Ejercicios Espirituales que precedieron a su ordenación, Julián de Maunoir escribió, acabando de comulgar: «Sentí un celo extraordinario por la salvación de las almas y un gran deseo de trabajar por ellas con todos los medios posibles. La voz del Señor repetía en mi corazón: 'Yo trabajé, lloré, sufrí y morí por ellas'». Estas palabras resumen la vida de Julián. Después de su muerte, ocurrida en Plévin de Cournouaille, el 28 de enero de 1683, los peregrinos acudieron en masa a besar aquellos pies que habían viajado por toda la Bretaña y llevaron hasta sus últimos rincones el mensaje evangélico. Fue beatificado por SS Pío XII el 20 de mayo de 1951.
Ver F. Boschet, Le parfait missionnaire (1697); X. A. Séjourné, Histoire de... Julien Maunoir (1895); H. Brémond, Histoire litéraire du sentiment rélisieux en France... , t. V., pp. 82-117; H. Pourrat, La spiritualité chrétienne, t. IV, p. 122; y G. H. Doble, en Pax, núm. 85 (1927), pp. 318-329. Ver también H. de Gouvello, Le vénérable Michel le Nobletz (1898).
Tomado de Butler, 1964, con ligeros cambios.
Una información complementaria sobre el beato puede leerse (en un francés sencillo), en el sitio de la diócesis de Saint-Brieuc et Tréguier.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=350





Santos Agata Lin Zhao, Jerónimo Lu Tingmei y Lorenzo Wang Bing, catequistas mártires

fecha: 28 de enero
†: 1858 - país: China
canonización: 
B: Pío X 2 may 1909 - C: Juan Pablo II 1 oct 2000
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En la ciudad de Maokou, en la provincia de Guizhou, en China, santos Agueda Lin Zhao, virgen, y Jerónimo Lu Tingmei y Lorenzo Wang Bing, mártires, que, siendo catequistas, en tiempo del emperador Wenzongxian fueron denunciados como cristianos y finalmente decapitados.
El 28 de enero del año 1858 tuvo lugar en Mao-Keou, población de la provincia china de Kouy-Tcheou, el martirio de estos tres santos, que sellaron con su sangre la confesión de fe que habían dado. Fueron canonizados con los demás mártires chinos el 1 de octubre del año 2000 por el papa Juan Pablo II. Desde 1852 había una misión cristiana en aquella población, y la semilla del evangelio había caído en numerosos corazones como en buena tierra. La comunidad pensó que le era necesaria una iglesia y que lo mejor era construirla en el mismo poblado, no en las afueras. El promotor de la idea era el catequista Jerónimo Lou. Pero apenas había sido puesta la primera piedra cuando un tío y un primo de Jerónimo que veían con malos ojos el crecimiento del cristianismo acudieron al mandarín Tay-Lou-Iche en queja. La denuncia iba contra Jerónimo y también contra el otro catequista del poblado, Lorenzo Ouang. El mandarín mandó comparecer a ambos y les pidió que renunciaran a la fe cristiana. Ambos respondieron que no pensaban renunciar a ella. El mandarín entonces los despidió. Pero a la mañana siguiente los volvió a llamar y junto con ellos hizo también comparecer a la cristiana Águeda Lin, y a los tres les intimó a renunciar a la religión. Como se negaran a hacerlo, el mandarín los condenó a muerte y mandó que fueran decapitados.
Jerónimo Lou-Tin-Mey había nacido en la citada población el año 1810 en el seno de una familia pagana. Su profesión era maestro de escuela y tenía como tal un alto prestigio. Leyendo un libro, conoció el cristianismo y buscó a los misioneros para que lo instruyeran y bautizaran, y se bautizó junto con su familia. Posteriormente realizó una magnífica labor misionera recorriendo entre 1853 y 1856 los pueblos de la región de Kouy-Yang, logrando hacer doscientas conversiones, y facilitando la llegada del misionero san Augusto Chapdelaine. En 1856 volvió a su pueblo, donde ejercía como catequista de la comunidad cristiana.
Lorenzo Ouang, natural de Kouy-Yang, había nacido en 1811 en el seno de una familia cristiana. En 1831 se casó con María Ly-Che y tuvo con ella cinco hijos. Era un cristiano responsable y fervoroso y por ello Mons. Albrand lo hizo catequista en 1853, ejerciendo su ministerio en diversos poblados. Estaba en Mao-Keou con su amigo Jerónimo cuando fue arrestado y martirizado.
Águeda Lin había nacido en 1817 en Ma-Trang al tiempo que su padre, cristiano, estaba detenido a causa de la fe. Al llegar a la adolescencia decidió consagrar su virginidad a Dios y rechazó por tres veces el matrimonio. Mons. Albrand le encomendó que enseñara religión y lo hizo en varios poblados, siéndole finalmente encomendada la enseñanza de las niñas cristianas de Mao-Keou, donde la acogió Jerónimo en su casa. Con él fue arrestada y martirizada.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=351

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