San Teófilo el Joven, mártir
fecha: 30 de enero
†: 792 - país: Chipre
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
†: 792 - país: Chipre
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Pasión
de san Teófilo, llamado el Joven, mártir, que, siendo prefecto de la armada
cristiana, fue apresado en Chipre y conducido a la presencia de Harun
ar-Rashid, califa supremo de los sarracenos, y dado que ni las amenazas ni las
promesas pudieron hacerle apostatar de Cristo, fue herido de muerte con la
espada.
San
Teófilo, llamado el joven, es un personaje histórico, cuya existencia queda
confirmada por la «Cronografía» de Teófanes para el año 790, y por algunos
sinaxarios bizantinos, que reportan su nombre para el 30 de enero.
En
tiempos del emperador de Oriente Constantino IV (771-797) y de Irene, su madre
y regente (780-790), Teófilo era un capitán militar, que tenía a su mando la
base bizantina en Chipre. Durante un ataque de la flota árabe contra la isla,
Teófilo fue hecho prisionero y llevado ante el califa Harun ar-Rasid, el cual
intentó obtener su apostasía del cristianismo. El joven comandante lo rechazó y
quedó recluso en la cárcel por cuatro años, tiempo que los sarracenos, según su
costumbre, esperaban para obtener un rescate por parte de los cristianos.
Como
Teófilo no quiso participar en las tradiciones del Ramadán, fue decapitado en
el 790, el 30 de enero, un día antes del fin del mes santo. No se sabe con
precisión el lugar del martirio, pero se supone que fue en la propia Chipre. El
Cardenal Baronio, al compilar en el siglo XVI el primer Martirologio Romano lo
inscribió como mártir de Chipre, pero sin justificar por qué, lo colocó en el
22 de julio; el actual Martirologio Romano lo ha vuelto a su fecha natural del
30 de enero, conforme a los sinaxarios orientales.
Noticia
traducida para ETF de un artículo de Antonio Borrelli. Acta Sanctorum dedica
también un artículo, en fecha del 22 de julio (julio, tomo V, pág. 320).
fuente: Santi e Beati
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Estas
biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una
fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia
completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor,
al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel)
y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=372
San Lesmes, abad
fecha: 30 de enero
†: 1097 - país: España
otras formas del nombre: Adelelmo, Adelhelmo, Aleaume
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
†: 1097 - país: España
otras formas del nombre: Adelelmo, Adelhelmo, Aleaume
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
En
la ciudad de Burgos, en Castilla la Vieja, san Lesmes, abad, que convirtió en
monasterio la capilla de San Juan y el hospital de pobres contiguo.
patronazgo: patrono de
Burgos (España), y de mayordomos y trabajadores domésticos.
El
nombre latino del santo es Adelelmus, que se ha castellanizado y acortado en
Lesmes. Aunque vivió parte de su vida en España y recibe su veneración
principal en Burgos, de donde es patrono y tiene una iglesia dedicada a su
nombre, su origen hay que buscarlo en Francia, en el pueblo de Loudun, en la
región de Poitou. Su «Vita» nos llega escrita por un monje, Rodolfo, del
monasterio de Chaise-Dieu, que pocas décadas después de la muerte del santo fue
enviado por el abad a Burgos para recoger testimonios sobre su vida, ya que,
como veremos, fue en sus inicios monje de ese cenobio. El testimonio es,
entonces, de primera mano, tanto por el lugar como por el tiempo. Este escrito
es la base de lo que sabemos sobre él.
Lesmes
pertenecía a una familia noble, y fue educado desde pequeño en las letras. No
obstante llegado a la juventud, correspondía que abrazara la carrera de las
armas, y así comenzó su vida militar. Sin embargo, muertos sus padres, se
sintió fuertemente conmocionado por la lectura de la Carta de Santiago (4,4):
«Quien quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios», y así,
haciendo caso literal al mandato evangélico de vender todo para seguir a
Cristo, se apartó del mundo, para servir devotamente a los pobres, visitar a
los enfermos, cuidar a los peregrinos. Sin embargo más tarde repartió todos sus
bienes, y vestido con las ropas de uno de sus siervos, marchó como peregrino a
Roma.
Hizo
pausa en el camino al llegar al monasterio de Chaise-Dieu, donde era abad su
fundador, san Roberto,
deseó permanecer allí, pero había hecho voto de peregrinar a Roma, por lo que
pactó con el abad realizar la peregrinación y tomar el hábito a su vuelta. Sin
llevar absolutamente nada para el camino, ni dos túnicas, ni bolsa de dinero,
según el mandato evangélico, siguió camino a Roma, donde permaneció como
peregrino mendicante dos años, venerando las tumbas de los mártires y los
lugares sagrados. Finalmente volvió a Chaise-Dieu, aunque tan demacrado y
consumido por los ayunos y la penitencia, que ni siquiera fue reconocido por
san Roberto.
Una
vez bajo la guía del santo fundador, creció en perfección, de tal modo que fue
elegido como maestro de novicios, pero además, el Cielo quiso manifestar su
favor a los hombres a través de él, y fue dotado del carisma de realizar
milagros y curaciones. Cierta joven -nos cuenta como ejemplo el biógrafo-
aquejada de fiebres, con sólo recibir la bendición del santo monje, quedó
curada; y así pueden multiplicarse los ejemplos. Tal fue la fama que le
acarrearon los milagros que realizaba y la sabiduría que había cultivado, que
la noticia trascendió los Pirineros y llegó a oídos de Constanza, reina
consorte de Alfonso VI de Castilla, quien le pidió que fuese a España a
reorganizar el culto en el rito romano, en vez del rito mozárabe, que era el
habitual en aquel tiempo.
Para
su venida, los reyes fundaron el monasterio de san Juan Evangelista, en Burgos,
donde el santo fue primer abad. Allí se dedicó a la atención de los pobres y
los peregrinos del Camino Iacobeo, y realizó también numerosos milagros,
incluso alguno en favor del propio rey de Castilla, en su reconquista de la
ciudad de Toledo. El santo continuó, en los años de su vida en España, cuidando
enfermos, vistiendo y alimentando pobres, y todo aquello en cuyo empeño había
dedicado la vida, hasta que en un acceso de fiebres, recibidos los ritos últimos
y besada la cruz, encomendó su espíritu al Señor, y murió, en el año 1097,
según se calcula en la actualidad. No se sabe su año de nacimiento, pero
sabemos, gracias a la «Vita» de san Roberto, que conoció al fundador entre el
1049 y el 1057, por tanto, si era un joven que ya había hecho cierta carrera
militar, suponiendo que tendría unos 25 años, podemos calcular que nació hacia
el 1020, con mucho margen de error, naturalmente.
En
su tumba se obraron numerosísimos milagros, y su fama de santidad no dejó de
extenderse. Su cuerpo reposa en la actualidad en Burgos, en la iglesia a él
dedicada.
Flórez,
en España Sagrada (tomo 27, pp. 425-459) reproduce dos vidas, la escrita por
Rodolfo, de donde hemos extractado los datos, y otra más, inédita en tiempos de
Flórez, pero que es posterior y depende evidentemente de la de Rodolfo. Esta
misma edita Mabillon en el tomo VI (de donde la copia Flórez, según aclara), y
la comentan y prologan (pero no la reproducen) Acta Sanctorum, enero II, pp
1056-1057. El Butler en inglés trae una breve biografía (tomo I, pág 205),
pero, curiosamente, en la versión en español no se ha traducido. Circula por la
red una biografía supuestamente tomada del Butler, pero que no es tal, aunque
sus datos son sustancialmente correctos. Cuadro: San Lesmes, óleo de B.
Murillo, 1655, Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Abel Della Costa
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