San Gilduino, diácono
fecha: 27 de enero
n.: 1052 - †: 1077 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
n.: 1052 - †: 1077 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
Cerca
de la ciudad de Chartres, tránsito de san Gilduino, diácono de la iglesia de
Dol, en la Bretaña Menor, que designado obispo cuando era aún muy joven, se
consideró indigno y renunció a este honor ante el papa san Gregorio VII, y a su
regreso de Roma, enfermó al llegar a esta región, dando término a su
peregrinación terrestre.
San
Gilduin o Gildouin, canónigo de la iglesia catedral de San Sansón de Dol fue
hijo de Rioualem o Rudalen, llamado Chèvre-Chenue, señor de Dol y de Combour;
su madre era de la noble casa de Payset en La Bauce, diócesis de Orleans. Vino
al mundo en 1052 y fue bautizado en la iglesia de San Sansón por su tío paterno
Junkenens, Arzobispo de Dol. Su educación fue conforme a su cuna, pero cuando
los padres quisieron casarlo, se encontraron con la firme oposición de Gilduin,
quien expuso su deseo de abrazar el estado eclesiástico. Naturalmente en este
campo no le faltaba -por cuna, educación y vínculos- la posibilidad de una
meteórica y firme carrera, y así, fue ordenado diácono por su tío arzobispo, y
enseguida nombrado canónigo de la catedral de Dol, con apenas unos quince años,
nada que no fuera habitual en la época entre la gente de "buen
linaje". Sin embargo la elección del estado clerical había sido
interiormente seria, y no una mera "puesta en carrera profesional",
por lo que Gilduin se abocó a la vida espiritual, de oración y de búsqueda de
la santidad.
Pero
Junkenens murió y le sucedió Johoneo, un arzobispo indigno y simoníaco, que
repartió los bienes de la Iglesia entre sus hijos, verdaderamente "no tan
Archiepiscopo como Archilobo", dice el biógrafo de Gilduin. Sin embargo,
no fue inmediatamente sino luego de siete años (este género de corrupción suele
conseguir fácilmente el apoyo de los poderes locales) que los obispos de la
región consiguieron que fuera depuesto, y fijaron sus ojos en Gilduin como
sucesor. Gilduin parte así hacia Roma, acompañando en peregrinación a Evencio o
Ivon, abad de Saint-Melaine-les-Rennes. Sin embargo el motivo de la embajada
era distinto entre Gilduin y los que lo acompañaban: ellos llevaban la súplica
del Capítulo de la catedral y de los obispos de la región para que le fuera
concedida a Gilduin la dignidad arzobispal, él llevaba la súplica de ser
relevado del cargo debido a su corta edad, ya que tenía apenas 23 años, y que
fuera consagrado en su lugar el abad Evencio. Admirando su humildad -nos
declara el biógrafo- el papa Gregorio VII admite las razones de Gilduin y
concede el arzobispado a Evencio, que fue consagrado en la basílica
lateranense.
Ya
en camino de vuelta, una vez que habían pasado los Alpes, Gilduin pidió a
Evencio separarse de la comitiva, e ir a casa de sus parientes maternos, en
Orleans. Sin embargo llegado allí es atacado por unas fiebres, pide ser llevado
a Chartres en visita al santuario de la Virgen, y desde allí se retiró a vivir
en el monasterio de Saint-Pierre-en-Vallée, ubicado en la periferia de
Chartres. Pero al poco tiempo Dios lo llamó a sí, el 27 de enero del 1077.
Murió
en fama de santidad, confirmada por los milagros que se obraron en su tumba.
Noventa años después de su muerte su cuerpo, considerado ya reliquia, fue
trasladado (en aquella época el traslado de reliquias correspondía a una
canonización local) a una capilla en la iglesia del mismo monasterio, hasta que
en 1666 fueron a su vez nuevamente trasladadas a la catedral de Chartres. Se
perdieron durante la Revolución, posiblemente porque una mano piadosa las
escondió (como en muchos otros casos) para evitar la profanación, ya que en la
Segunda Guerra Mundial fueron encontradas durante un bombardeo y en 1948
reconocidas (las reliquias se suelen guardar, si son genuinas, suficientemente
documentadas) y solemnemente repuestas en la misma catedral de Chartres, donde
se veneran hasta hoy.
La
Vita es un documento casi contemporáneo, sobrio y fiable en su escritura, puede
leerse en Acta Sanctorum, enero II, pág. 791ss. He seguido de cerca el resumen
de Guerin, Petits Bollandistes, II, pág. 61ss. El dato sobre el hallazgo de las
reliquias en el siglo XX lo tomo de «Año Cristiano», BAC, 2003, sin indicación
de fuente.
Abel Della Costa
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o última modificación relevante: ant 2012
Estas
biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una
fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia
completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor,
al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel)
y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=338
Beato Juan de Warneton, obispo
fecha: 27 de enero
†: 1130 - país: Francia
otras formas del nombre: Juan de Varneton, Juan de Thérouanne
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
†: 1130 - país: Francia
otras formas del nombre: Juan de Varneton, Juan de Thérouanne
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
En la ciudad de Thérouanne, beato Juan,
obispo, quien, siendo canónigo regular, asumió la sede morinense, la cual
gobernó por más de treinta años. Resistió a los simoníacos y fundó ocho
monasterios de canónigos y de monjes.
Nos ha llegado una biografía de Juan escrita por un
contemporáneo: su archidiácono Juan de Collemedi, escrita pocos meses después
de su muerte, en la que el autor declara que se atiene a lo que él mismo
presenció, o que le llega de fuentes confiables (nº 16). Según este documento,
Juan nació en Flandes, y desde pequeño se mostró piadoso y apto para los
estudios, por lo que pudo acceder a tener maestros de la talla de Lamberto de
Utrecht y san Ivo de
Chartres. Terminados sus estudios, ingresó como monje en el
monasterio del Monte San Eloy, en la diócesis de Arras. En el monasterio llevó
una vida de intensa espiritualidaad y oración, de tal modo que todos los que lo
rodeaban admiraban sus méritos y -nos aclara el biógrafo- no pocos también se
animaban a imitarlo.
El obispo de Arras, Lamberto, que había sido
condiscípulo de Juan, y cuya diócesis acababa de ser separada de la de Cambrai,
teniendo a Juan en muy alta estima, lo convocó al puesto de Archidiácono en la
comunidad de canónigos que fundó en la diócesis. No sin resistencia, ya que
Juan no quería tener contacto con el mundo, aceptó el puesto, que resultó ser
el intermedio a su nombramiento como obispo de la sede de Therouanne, que en
aquel momento formaba parte del territorio de los Morini (parte de este
territorio quedó luego en Bélgica y otra parte en Francia). Tuvo que mediar el
papa Urbano II para que Juan aceptara ser ordenado obispo, pero finalmente fue
consagrado, en el 1106 según algunas listas, o en 1099 según otro documento.
Eran épocas difíciles para la organización
eclesiástica, los cargos clericales estaban unidos a territorios, generaban
rentas altas, y la simonía estaba a la orden. Juan resistió a los simoníacos, e
incluso fue denunciado ante la Santa Sede, aunque pudo probar su inocencia. El
conflicto llegó hasta un intento de asesinato, del que Juan, pudiendo
legalmente, no quiso tomar ninguna clase de acción contra los perpetradores.
Los prelados más santos del entorno lo consultaban, incluyendo a su antiguo
maestro san Ivo, y el papa le confió la reforma de la disciplina monástica en
la región.
Juan murió el 27 de enero del 1130, en su tumba se
obraron milagros (aunque el biógrafo no se extiende en detalles sobre ellos), y
fue llorado por el pueblo, venerado inmediatamente. Su culto no fue confirmado
nunca, pero ha sido constante. El título de "beato" representa una
cierta rareza, ya que -referido a los santos de aquella época- normalmente se
reserva para aquellos cuyo culto ha sido confirmado por la Santa Sede, mientras
que lo usual es que popularmente sean llamados "santo"; pero en el
caso de Juan, aparece con el nombre de "beatus" ya en los
documentos contemporáneos (bien es verdad que la distinción entre santo y beato
apenas si estaba comenzando a hacerse).
Ver la Vita en Acta Sanctorum, enero II, pág. 794-806;
en Duchesne, Fastes Episcopaux, III, pág 130 y ss pueden verse los documentos
relativos al inicio del episcopado. He seguido de cerca (aunque cotejando y
ampliando con los textos originales) el resumen muy ajustado de la vida del
beato Juan en Thurston, Butler's Lives Of The Saints, pág 184, que no sé por
qué motivo no se ha incluido en la edición castellana del P. Guinea.
Abel
Della Costa
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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