Santo Evangelio según San Lucas 1, 39-45. Domingo III de Adviento. Ciclo C.
Por: H. José Romero, L.C. | Fuente: missionkits.org
Por: H. José Romero, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame a conocer el motivo de mi felicidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto está oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jamás le pedí un regalo a san Nicolás o a Papá Noel, siempre se los pedí al Niño Jesús, y jamás dejé de hacerlo. Siempre me gustaron los regalos, como a todo niño, pero todos los que podía tener eran inferiores al regalo que me iba a traer el Niño Jesús, porque era el regalo que yo esperaba desde hace tiempo, el regalo que yo deseaba, y sólo este regalo me haría la Navidad feliz.
Cuando María Santísima visita a su prima santa Isabel, san Juan Bautista salta de gozo porque el Niño Jesús ha llegado; el Niño Jesús le viene a dar su regalo, aquél que le hará su Navidad feliz. El Niño Jesús le regala a san Juan Bautista la cercanía de Dios.
La cercanía de Dios es el mejor regalo que un cristiano puede tener en la Navidad; no importan los demás regalos, coches, dinero, trabajo, etc., porque siempre son inferiores a la felicidad que nos da el estar cerca de Dios. María, teniendo al Niño Jesús en su seno, nos regala a nuestro Dios, y solamente la cercanía de Dios en nuestra vida, hará una Navidad feliz.
A pocos días de la Navidad hagamos una carta al Niño Jesús pidiéndole que venga a nuestra casa, que habite en nuestro corazón y haga de nuestra Navidad, una Navidad con Dios, una ¡feliz Navidad!
María, cuando fue a ver a Isabel, no lo hizo como algo personal, fue como misionera. Fue como sierva del Señor que llevaba en su seno: de ella misma no dijo nada, solo llevó al Hijo y alabó al Señor. Una cosa es cierta: iba deprisa. Ella nos enseña esta fiel premura, esta espiritualidad de la urgencia. La prontitud de la fidelidad y de la adoración. No era ella la protagonista, sino la sierva del único protagonista de la misión. Y que esta imagen nos ayude.
(Discurso de S.S. Francisco,1 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Prepararme para la Navidad valorando su sentido: la cercanía de Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
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