Oración de Sanación
Dulce
Niño Jesús, Señor de la vida y de la historia, me siento feliz de tenerte en mi
vida y contarte todo lo que hay en mi corazón. Tú caminas conmigo y me llevas
de tu dulce mano por senderos donde la luz separa las tinieblas.
Tú
también has nacido en mi corazón desde el principio de mi existencia, nunca me
has abandonado ni me has dejado caer ante situaciones complejas que han puesto
en jaque mi alma y mi confianza.
Desde
Abraham hasta María, has manifestado tu amor y tu compasión, nunca pasaste por
desapercibido, saliste en la búsqueda tus ovejas perdidas para ofrecerles tu
reconciliación y tu paz.
Oh mi
dulce Niño Dios, Tú me has dado el más preciado regalo de amor: tu encarnación
gloriosa y maravillosa, el más grande misterio de tu misericordia que engloba
todo principio y final.
Te
pido, Niño Jesús de mi vida, que me ayudes a despojarme de todo cuánto me
impide reconocerte como el Dios de la ternura, como el Dios que va caminando
conmigo y me anima a salir adelante.
Dulce
Niño mío, eres el Dios que ha reconocido mis miserias desde el comienzo del
tiempo y las has transformado con el fuego sagrado de tu perdón, de tu amor
divino.
Tú, que
siempre te has enmarcado en el corazón de la humanidad, no me eres indiferente,
no me dejas a mi suerte en mis tempestades, conoces mis penas, sufrimientos y
frustraciones y vienes a socorrerme con tus dulces consuelos.
Amado
Niño Jesús, quiero vivir desde ahora Contigo y para siempre, reconocer que
nunca me abandonarás, y que me colmas de dichas, bendiciones y con la dulzura
de tu eterno amor.
Amén.
Propósito para hoy
Rezaré un Padrenuestro por las vocaciones sacerdotales y
religiosas y por la santidad de todo aquel que sea un anunciador de la Buena
Nueva.
Frase de reflexión
"Contemplando al Niño Jesús, amor humilde e infinito,
digámosle sencillamente: ¡Gracias, porque has hecho todo esto por mí!".
Papa Francisco
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