Destituido el obispo de Ciudad del Este (Paraguay)
La decisión es resultado de la visita apostólica que Roma ha implementado en la diócesis paraguaya, suspendiendo las ordenaciones de sacerdotes, y ahora, destituyendo al obispo.
La oficina de prensa de la Santa Sede ha procedido a comunicar la destitución del obispo de Ciudad del Este, Monseñor Rogelio Livieres, tras la visita apostólica que Roma ha ordenado sobre la diócesis paraguaya, debido a los escándalos de los que se acusa a algunos de sus sacerdotes, de los cuales él podría haber estado informado, así como demás conductas condenables en la administración de su diócesis y su seminario.
La decisión viene precedida de la suspensión inmediata de todas las ordenaciones sacerdotales de la diócesis, pospuestas hasta nuevo aviso, posiblemente cuando la visitación esté finalizada.
En lugar de Monseñor Livieres se ha nombrado un Administrador Apostólico sede vacante y no aún a un nuevo obispo. La posición la ocupara el obispo de Villarrica del Espíritu Santo, Monseñor Ricardo Valenzuela.
A continuación reproducimos el comunicado de prensa de la Santa Sede:
Renuncia y nombramiento.
Sustitución del obispo de Ciudad del Este (Paraguay) y nombramiento del Administrador Apostólico sede vacante de la misma diócesis.
El Santo Padre Francisco ha procedido a la sustitución del obispo de Ciudad del Este (Paraguay), S.E. Mons. Rogelio Ricardo Livieres Plano, y ha nombrado Administrador Apostólico sede vacante de la misma diócesis a S.E. Mons. Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, obispo de Villarrica del Espíritu Santo.
Después de un cuidadoso examen de las conclusiones de las visitas apostólicas efectuadas por la Congregación para los Obispos y la Congregación para el Clero, al obispo, la diócesis y los Seminarios de Ciudad del Este, el Santo Padre ha procedido a la sucesión de Mons. Rogelio Ricardo Livieres Plano nombrando Administrador Apostólico de la misma sede, ahora vacante, a Mons. Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, obispo de Villarrica del Espíritu Santo.
La ardua decisión de la Santa Sede, determinada por serias razones pastorales, obedece al bien mayor de la unidad de la Iglesia Ciudad del Este y de la comunión episcopal en Paraguay.
El Santo Padre, en el ejercicio de su ministerio de “fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles” pide al clero y a todo el Pueblo de Dios de Ciudad del Este que acoja la decisión de la Santa Sede con espíritu de obediencia, docilidad y sin desavenencias, guiado por la fe.
Por otra parte, se invita a toda la Iglesia de Paraguay, guiada por sus pastores, a un serio proceso de reconciliación y superación de cualquier sectarismo y discordia, para no herir el rostro de la única Iglesia “adquirida con la sangre de su Hijo” y para que el “rebaño de Cristo” no se vea privado de la alegría del Evangelio.
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