sábado, 27 de septiembre de 2014

El Maestro II (No Ajahn Chah).Libro de reflexiones


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No enseño a mis discípulos a vivir ni a practicar con desatención. Pero eso es lo que hacen cuando no ando cerca. Cuando la policía anda cerca, los ladrones se comportan como se debe. Cuando les preguntan si hay ladrones alrededor, por supuesto que todos dicen que nunca han visto a ninguno. Pero tan pronto como el policía se ha ido, todos ellos están allí de nuevo. Incluso es como en los tiempos del Buda. De modo que ponga atención a sí mismo y no se preocupe por lo que hacen otros.

 
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El verdadero maestro solamente habla de las dificultades en la práctica, de renunciamiento o del desprendimiento del "yo". Frente a cualquier cosa que pase, no deje al maestro. Permita que lo guíe, por que es fácil olvidarse del Camino.

 
131

Sus propias dudas sobre su maestro pueden ayudarlo. Tome de su maestro lo que es bueno y preste atención a su propia práctica. La sabiduría, para usted, es observar y desarrollar.

 
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No crea en el maestro, sólo porque él lo dice, que una fruta es dulce y deliciosa. Pruébela por usted mismo y todas las dudas se acabarán.

 
133

Los maestros son aquellos que señalan el rumbo del Sendero. Luego de escuchar al maestro, tanto si caminamos por el Sendero practicando nosotros mismos y cosechamos así los frutos de nuestra práctica o no, depende, estrictamente, de cada uno de nosotros.

 
134

A veces enseñar es un trabajo difícil. Un maestro se parece a un bote de basura dentro del cuál la gente arroja sus frustraciones y problemas. Cuanto mayor es la cantidad de personas a las que usted enseña, más grande es el recipiente de basura de los problemas. Pero enseñar es una maravillosa manera de practicar el Dhamma. Los que enseñan crecen en paciencia y entendimiento.

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