129
No enseño a mis
discípulos a vivir ni a practicar con desatención. Pero eso es lo que hacen
cuando no ando cerca. Cuando la policía anda cerca, los ladrones se comportan
como se debe. Cuando les preguntan si hay ladrones alrededor, por supuesto que
todos dicen que nunca han visto a ninguno. Pero tan pronto como el policía se
ha ido, todos ellos están allí de nuevo. Incluso es como en los tiempos del
Buda. De modo que ponga atención a sí mismo y no se preocupe por lo que hacen
otros.
130
El verdadero
maestro solamente habla de las dificultades en la práctica, de renunciamiento o
del desprendimiento del "yo". Frente a cualquier cosa que pase, no
deje al maestro. Permita que lo guíe, por que es fácil olvidarse del Camino.
Sus propias
dudas sobre su maestro pueden ayudarlo. Tome de su maestro lo que es bueno y
preste atención a su propia práctica. La sabiduría, para usted, es observar y
desarrollar.
No crea en el
maestro, sólo porque él lo dice, que una fruta es dulce y deliciosa. Pruébela
por usted mismo y todas las dudas se acabarán.
Los maestros son
aquellos que señalan el rumbo del Sendero. Luego de escuchar al maestro, tanto
si caminamos por el Sendero practicando nosotros mismos y cosechamos así los
frutos de nuestra práctica o no, depende, estrictamente, de cada uno de
nosotros.
134
A veces enseñar
es un trabajo difícil. Un maestro se parece a un bote de basura dentro del cuál
la gente arroja sus frustraciones y problemas. Cuanto mayor es la cantidad de personas a las
que usted enseña, más grande es el recipiente de basura de los problemas. Pero
enseñar es una maravillosa manera de practicar el Dhamma. Los que enseñan
crecen en paciencia y entendimiento.
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