Experiencia
Para ello entró en contacto con el más destacado de los discípulos del Maestro, el cual le dijo: El maestro insiste en la necesidad de ser iluminado, no en enseñar la iluminación.
¿Y
qué es lo que puede impedirle ser jefe del Departamento de Teología?.
Lo mismo que le impediría a un
elefante ser jefe del Departamento de Zoología.
Publicidad
A no ser que estuviera uno dotado de
una especial perspicacia, no había nada en el Maestro que pudiera considerarse
fuera de lo ordinario. Si las circunstancias no eran para menos, el Maestro
podía asustarse y deprimirse. Podía reír, llorar y encolerizarse. Disfrutaba
con la buena comida, no le hacía ascos a un par de copas en incluso se sabía
que era capaz de volver la cabeza al paso de una mujer bonita.
En cierta ocasión, un visitante se
lamentaba que el Maestro no era un "hombre santo" a lo cual un
discípulo replicó:
"Una cosa es que un hombre sea
santo, y otra muy distinta que a ti te parezca santo".
Cultivo
El Maestro le dijo: el bueno propone
prácticas, el mal maestro propone teorías.
Pero
¿Cómo podré distinguir entre una práctica buena y una mala?
Del mismo modo que un agricultor distingue entre un cultivo bueno y un cultivo malo.
Del mismo modo que un agricultor distingue entre un cultivo bueno y un cultivo malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario