viernes, 19 de septiembre de 2014

Interioridad - Carisma - Armonía - Ofuscación - Ignorancia (¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello)


Interioridad

 El discípulo quería un sabio consejo

Ve, siéntate en tu celda, y tu celda te enseñará la sabiduría, le dijo el Maestro 
 
Pero si yo no tengo ninguna celda... Si yo no soy monje...

Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti.

 Carisma

 El discípulo era judío. ¿Qué es lo que debo hacer para ser aceptable a Dios?, preguntó.

¿Y cómo voy a saberlo yo? Respondió el Maestro. Tú Biblia dice que Abraham practicaba la hospitalidad y que Dios estaba con él. Que a Elías le encantaba orar y que Dios estaba con él. Que David gobernaba un reino y que Dios también estaba con él. 

¿Y tengo yo alguna forma de saber cuál es la tarea que se me ha asignado?
Sí. Trata de averiguar cuál es la más profunda inclinación de tu corazón, y síguela.

Armonía

 
A pesar de su tradicional proceder, el Maestro no sentía un excesivo respeto por las normas y las tradiciones.

En cierta ocasión surgió una disputa entre un discípulo y su hija, porque aquél insistía en que ésta se ajustara a las normas de su religión para elegir a su futuro marido. 

El maestro se puso inequívocamente del lado de la muchacha.
Cuando el discípulo le manifestó la sorpresa que le producía el que un santo actuara de aquella manera, el Maestro le dijo:

Debes comprender que, al igual que la música, la vida está hecha de sentimiento y de instinto, más que de normas. 

Ofuscación

 ¿Cómo alcanzaré la vida eterna?

Ya es la vida eterna. Entra en el presente.

 Pero ya estoy en el presente... ¿o no?.

No

¿Por qué no?

Porque no has renunciado al pasado

 ¿Y por qué iba a renunciar a mi pasado?. No todo el pasado es malo...
No hay que renunciar al pasado porque sea malo, sino porque está muerto.

 
Ignorancia

 
El joven discípulo era tan prodigioso que acudían a solicitar su consejo intelectuales de todas partes, los cuales quedaban maravillados de su erudición.
 

Cuando el Gobernador andaba buscando un consejero, fue a ver al Maestro y le dijo: Dime, ¿es verdad que ese joven sabe tanto como dicen?

A decir verdad, replicó el Maestro con ironía, el tipo lee tanto que yo no sé cómo puede encontrar tiempo para saber algo.

 
 

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