Una vez finalizado "La oración de la rana" I, paso a publicar:
¿Quién puede hacer que amanezca?
Anthony de Mello
Por supuesto que existe, replicó el maestro.
Pero un minuto ¿no es demasiado breve?
No, es cincuenta y nueve segundos demasiado largo.
Milagros
Escuchando, respondió el Maestro.
Siendo un oído que presta atención a la cosa más mínima que el universo nunca deja de decir.
En el momento que oigas algo que tú
mismo estás diciendo, detente.
¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminación?
Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas.
Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas.
Entonces, ¿para qué valen los
ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas?
Para estar seguro de que no estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.
Para estar seguro de que no estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.
¿Dónde debo buscar la iluminación?.
Aquí.
¿Y cuándo tendrá lugar?.
Está teniendo lugar ahora mismo.
Entonces, ¿por qué no la siento?.
Porque no miras.
¿Y en que debo fijarme?.
Aquí.
¿Y cuándo tendrá lugar?.
Está teniendo lugar ahora mismo.
Entonces, ¿por qué no la siento?.
Porque no miras.
¿Y en que debo fijarme?.
En nada. Simplemente mira.
Mirar ¿qué?.
Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
¿Y debo mirar de alguna manera especial?.
No. Bastará con que mires normalmente.
Pero ¿es que no miro siempre normalmente?.
No.
¿Por qué demonios...?
Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás.
Mirar ¿qué?.
Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
¿Y debo mirar de alguna manera especial?.
No. Bastará con que mires normalmente.
Pero ¿es que no miro siempre normalmente?.
No.
¿Por qué demonios...?
Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario