San José María Tomasi | |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
San José María Tomasi, religioso presbítero
En Roma, san José María Tomasi, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos y cardenal, quien, deseando ardientemente la renovación del culto divino, se dedicó con tesón a la investigación y publicación de los textos y documentos litúrgicos más antiguos, así como a la catequesis de niños.
Nació en Licata, Sicilia, diócesis de Agrigento, el dia 12 de septiembre de 1649, hijo primogénito de Julio Tomasi y de Rosalía Traina, Príncipes de Lampedusa y Duques de Palma de Montechiaro. Su vida estuvo orientada hacia Dios ya desde sus primeros años. Formado y educado en la noble casa paterna, en la que no faltaban ni riquezas ni virtudes, dio prueba de un espíritu muy dispuesto al estudio y a la piedad. Así pues sus padres cuidaron con esmero su formación cristiana y su instrucción en las lenguas clásicas y modernas, especialmente en la lengua española, en cuanto destinado por la familia a la corte de Madrid, debiendo heredar de su padre, por sus títulos nobiliarios, la dignidad de Grande de España.
Después de haber renunciado, mediante documento notarial, al principado que le pertenecía por herencia, y al riquísimo patrimonio familiar, entró en la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, fundada por S. Cayetano de Thiene en el año 1524. Emitió la profesión religiosa en la casa teatina de S. José de Palermo el día 25 de marzo de 1666. En el nuevo estado de vida, que abrazó para seguir la llamada de Cristo, pudo dedicarse mejor a la piedad y al estudio. La sagrada liturgia lo había atraído desde niño. El canto gregoriano floreció muy tempranamente en sus labios, que exultaban de alegría al cantar los salmos litúrgicos. Desde su adolescencia conoció y apreció, como por innata disposición, las lenguas sagradas latina y griega.
Cursó los estudios filosóficos en Mesina, Ferrara, Bolonia y Modena; obligado a esos desplazamientos por motivos de salud. La teología la estudió en Roma, y allí, después de haber recibido el subdiaconado y diaconado, fue ordenado sacerdote en la Basílica Lateranense el día 23 de diciembre de 1673, el sábado de las témporas de Adviento. Dos días más tarde, en la noche de Navidad, celebraba su primera misa en la iglesia de S. Silvestre en el Quirinal, sede entonces de la Casa Generalicia de los Padres Teatinos. La unción sacerdotal pareció que incardinaba definitivamente al P. Tomasi en Roma y que le daba la ciudadanía romana. Aquí, en la casa de S. Silvestre en el Quirinal, durante casi cuarenta años a partir de la ordenación, se dedicará con fecunda intensidad a la piedad, al ejercicio humilde y perseverante de las virtudes y al estudio asiduo. Al conocimiento del latín y griego, que adquirió en la adolescencia, añade ahora el de las lenguas hebrea, siríaca, caldea y árabe.
Transportado por su eximio amor a los documentos antiguos de la Iglesia y a las sanas tradiciones eclesiásticas, reputó que el dedicarse, con espíritu de fe, a la publicación de raros libros litúrgicos y de antiguos textos de la sagrada Litúrgia, podía ser un buen camino para su perfección religiosa.
De esa forma consiguió sacar a la luz muchos sagrados tesoros que yacían olvidados en las bibliotecas. De hecho, gracias a su multíplice ciencia de las cosas sagradas, editó muchos volúmenes de argumentos bíblicos, patrísticos y principalmente litúrgicos. De estas sea suficiente mencionar: Codices Sacramentorum nongentis annis vetustiores (editado el año 1680); la edición crítica del Salterio en su doble versión romana y galicana: los Antifonarios y Responsoriales de la Iglesia Romana que estaban en uso en tiempos de S. Gregorio Magno (editados en 1686); la edición crítica de los títulos y argumentos de la Sagrada Bíblia según los códices del siglo V al siglo XI (publicada en 1688).
Por su vasta erudición y por sus excelentes y bien conocidas virtudes, el P. Tomasi gozaba de tal fama y estima que eran muchos los que buscaban su conocimiento y amistad y se honraban con ellos. La Reina de Suecia Cristina Alejandra, lo quiso entre los miembros que ornaban su círculo de doctos. La Academia Romana de la Arcadia lo enumeró entre sus socios más ilustres. El docto Rabino de la Sinagoga de Roma, Moisés Cave, que fue convertido al catolicismo por el P. Tomasi, discípulo suyo en la lengua hebrea, lo consideraba amigo y padre en la fe.
Sin embargo, cuanto mayores eran las alabanzas que le tributaban sus contemporaneos, tanto más procuraba permanecer escondido, hasta el punto de publicar, por humildad, alguna de sus obras bajo pseudónimo. El estar en relación con personas importantes y eruditas de su mismo rango, no le impidió a Tomasi dedicar su atención a la formación de los simples fieles para los que compuso: Vera norma di glorificare Iddio e di far Orazione secondo la dottrina delle divine Scriture e dei Santi Padri, y también Breve istruzione del modo di assistere fruttuosamente al Santo Sacrificio della Messa, y además una versión reducida de Salmos elegidos y dispuestos para facilitar la oración del cristiano.
Fue nombrado Consultor General de su Orden pero, por humildad, renunció al poco tiempo a tal encargo aduciendo como motivo las muchas otras ocupaciones por los encargos que ya tenía en la Curia Romana, entre los cuales, Consultor de las Sagradas Congregaciones de Ritos y de Indulgencias, y Calificador del Santo Oficio. Sus numerosas publicaciones de argumento litúrgico, en las que hermanaba la piedad y la erudición, le granjearon el título de "Príncipe de los Liturgistas Romanos" y el de "Doctor Liturgicus" con los que lo denominaban algunos de sus contemporaneos.
Todas sus fatigas y premuras en la investigación y en el estudio, no desviaron mínimamente al P. Tomasi de tender, constantemente y con todas sus fuerzas, a la conquista de aquella perfección evangélica a la que Dios lo había llamado desde su infancia. Era de ejemplo para los demás por su profunda humildad, su espíritu de mortificación y sacrificio, su fiel observancia regular, su mansedumbre, su pobreza, su piedad, su devoción filial a la Santísima Virgen María. Ayudaba a los pobres, confortaba a los enfermos, tanto en casa como en el hospital de S. Juan de Letrán. De este modo se unían armoniosamente en él la sabiduría y la caridad.
Clemente XI, que conocía personalmente al P. Tomasi y admiraba sus eximias virtudes y la difundida fama de su doctrina, lo nombró Cardenal del Título de los Santos Silvestre y Martín al Monti, en el Consistorio del 18 de mayo de 1712. Aceptó el cardenalato solamente por obediencia al mandato explícito del Papa. Colocado en ese sublime grado, como lámpara en el candelabro, iluminó con el resplandor de sus virtudes de tal forma la Iglesia Romana, que muchos lo veneraban como un nuevo S. Carlos Borromeo, al que se había propuesto imitar.
Unió a la dignidad cardenalicia todas aquellas virtudes que lo habían distinguido como religioso teatino; no mutó lo más mínimo su precedente regla de vida. Para su corte y para el servicio de su casa eligió, por motivos de caridad, personas pobres, débiles, claudicantes y con otras deficiencias físicas. En su Iglesia Titular de los Santos Silvestre y Martín al Monti, no sólo participaba, con los clérigos de su familia, a las celebraciones litúrgicas de los Padres Carmelitas, sino que también se dedicaba a enseñar a los niños y demás fieles el catecismo de la doctrina cristiana.
Pero tamaño resplandor de buen ejemplo y de virtudes brilló por poco tiempo. No se habían cumplido ocho meses de su cardenalato, cuando después de haber tomado parte a la Capilla Papal de la Vigilia de Navidad en la Basílica Vaticana, atacado por violenta pulmonía, expiraba santamente en su residencia del palacio Passarini de via Panisperna. Era el día 1 de enero de 1713. El primer panegírico del Cardenal Tomasi lo pronunciaba el mismo Papa Clemente XI en el Consistorio celebrado un mes después de su tránsito. "No podemos disimular -dijo el Papa- el íntimo dolor que nos ha producido la muerte del eximio y piadosísimo Cardenal Tomasi ... Auténtico ejemplar de la más santa y antigua disciplina, y de cuyas virtudes y doctrina tanto nos esperabamos todavía".
La fama de santidad que durante la vida acompañó al Cardenal Tomas¡, creció aún más después de su muerte. Por eso, después de solo cinco meses de su piadoso tránsito, se empezó, por deseo de Celemente XI, el Proceso Canónico Ordinario Informativo para su Beatificación. Después de haber superado vicisitudes y dificultades de diverso tipo, Pío VII, aprobados dos milagros atribuidos a la intercesión del Ven. Cardenal Tomasi, lo proclamó Beato el día 29 de septiembre de 1803.
Un nuevo milagro, atribuido a la intercesión del Beato José María Tomasi, fue aprobado, con decreto del 6 de julio de 1985, por el Santo Padre Juan Pablo II, para su Canonización. Las reliquias de su cuerpo fueron trasladadas en el año 1971 desde la Basílica de su título, Santos Silvestre y Martín ai Monti, a la Basílica de S. Andrea della Valle de los Padres Teatinos, donde actualmente están expuestas a la veneración de los fieles. Fue canonizado el 12 de octubre de 1986 en la Basílica de San Pedro.
fuente: Vaticano
|
Beato Valentín Paquay | |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
Beato Valentín Paquay, religioso presbítero
En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien se distinguió, por el admirable ejemplo de su caridad cristiana, en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, alcanzando, en su espíritu de humildad, una sublime santidad.
|
Valentín Paquay, Beato
Valentín Paquay, Beato
Presbítero, 1 de enero
Por: . | Fuente: Vatican.va
Presbítero de la Orden de los Frailes Menores
Martirologio Romano: En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual se distinguió por el admirable ejemplo de su caridad cristiana en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, y en su espíritu de humildad alcanzó una gran santidad (1905).
Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.
Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. En el bautismo recibió el nombre de Luis.
Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.
Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.
El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.
Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.
"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".
Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.
Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.
Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.
También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.
Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años.
Fue beatificado el 9 de noviembre de 2003
Reproducido con autorización de Vatican.va
Por: . | Fuente: Vatican.va
Presbítero de la Orden de los Frailes Menores
Incansable predicador y ministro de la reconciliación
Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.
Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.
Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.
El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.
Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.
"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".
Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.
Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.
Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.
También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.
Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años.
Fue beatificado el 9 de noviembre de 2003
Reproducido con autorización de Vatican.va
San Segismundo Gorazdowski | |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
San Segismundo Gorazdowski, presbítero y fundador
En Lvov, ciudad de Ucrania, san Segismundo Gorazdowski, presbítero, originario de Polonia, que se distinguió por su amor al prójimo, por ser precursor en el empeño de proteger la vida y por fundar el Instituto de Hermanas de San José, dedicado a la atención de los pobres y abandonados.
Nació en Sanok (Polonia) el 1 de noviembre de 1845, en una familia noble que vivía con fervor su fe católica. Desde su más tierna infancia se esforzó por ayudar a los que sufrían. Terminada la escuela secundaria, estudió derecho en la universidad de Lvov. Interrumpió los estudios en el segundo año de la carrera, al sentirse llamado al sacerdocio, y entró en el seminario mayor de Lvov. Allí tuvo que superar una gran prueba: su estado de salud se agravó cada vez más, hasta el punto de correr peligro de muerte, por ello sus superiores no quisieron admitirlo a la ordenación sacerdotal. Sus compañeros, que vivieron de cerca su drama existencial, escribieron en sus memorias: "El hecho de no haber sido admitido al sacerdocio fue para Segismundo un golpe muy doloroso; sufría moral y físicamente, pero no perdió su confianza en Dios". Dos años después, cuando su estado de salud mejoró notablemente, recibió la ordenación sacerdotal en la catedral de Lvov, el 25 de julio de 1871.
Desde el inicio de su ministerio pastoral unió su actividad sacerdotal con la caritativa. Al ver las diversas dificultades vinculadas al anuncio del mensaje evangélico, elaboró un Catecismo, que logró gran difusión. Para los muchachos y muchachas publicó el libro: "Consejos y recomendaciones".
Promovió con empeño entre los fieles los sacramentos, sobre todo la Eucaristía. A imitación de Cristo, no excluía a nadie de su acción pastoral, ejercida con amor total; dedicaba una predilección especial a las personas marginadas de la sociedad. Durante una epidemia de cólera, olvidándose de sí mismo, socorría a los enfermos llevándoles el consuelo de su ministerio sacerdotal y ayuda concreta.
Dedicaba mucho tiempo a la catequesis en varias escuelas; escribía y publicaba artículos y libros para padres y educadores. Creó la asociación "Bonus Pastor", para apoyar la labor de los sacerdotes. Fundó numerosas obras de beneficencia: la "Casa del trabajo voluntario" para pobres que no tenían dónde vivir; la "Cocina popular", que daba comidas a un precio muy bajo, para ayudar a personas pobres; el "Centro para enfermos terminales y convalecientes", a fin de acoger a los enfermos que no tenían la posibilidad de ser atendidos en los hospitales; el "Hospicio de San Josafat", para estudiantes pobres; el "Centro del Niño Jesús", para madres solteras y niños abandonados. También fue uno de los fundadores de la "Liga de las asociaciones y los centros de beneficencia", que coordinaba las actividades de las obras de misericordia cristiana.
Para salvar a los niños católicos de la indiferencia religiosa, e incluso del ateísmo, fundó la escuela católica polaco-alemana, que encomendó a los Hermanos de las Escuelas Cristianas. La iniciativa de la escuela, y la del periódico católico que fundó y dirigió —"La Gaceta diaria"—, le originaron grandes sufrimientos e incomprensiones, que perduraron casi hasta su muerte.
Con el fin de gestionar la mayor parte de sus obras de beneficencia pidió colaboración a un grupo de terciarias franciscanas, cuidando de su adecuada formación. Así, el 17 de febrero de 1884, vio la luz una nueva congregación: las Religiosas de San José. A medida que se desarrollaba la Obra, su fundador implicaba a las religiosas en el servicio a los enfermos en los hospitales, orfanatos, asilos, así como en las casas privadas.
Él mismo fue para sus religiosas un modelo de oración y de servicio heroico a los necesitados. El "sacerdote de los desheredados", el "padre de los pobres", el "apóstol de la misericordia de Dios", como fue llamado, murió el 1 de enero de 1920, en Lvov. Fue proclamado beato por el Papa Juan Pablo II, en Lvov, el 26 de junio de 2001 y canonizado por SS Benedicto XVI en Roma el 23 de octubre de 2005.
fuente: Vaticano
|
©Evangelizo.org 2001-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario