domingo, 4 de abril de 2021

Domingo de Resurrección Ciclo B (04.04.2021): Juan 20,1-9 Tú y yo somos su discípulo amado y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 19º: 04.04.2021. LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA

 

Silencio, estoy que investigo.

Cada uno hemos comprendido, vivido y celebrado a nuestra manera el recuerdo actualizado de los hechos que le sucedieron a un hombre llamado Jesús de Nazaret, hijo de los también galileos María y José de Nazaret. Después de todo esto se nos invita a comprender, vivir y celebrar la Pascua. Y en este contexto 'Pascua' quiere decir 'Resurrección', quiere decir 'Jesús vive'.

No sé si todos se sienten igualmente cómodos con esta última expresión. 

¿Qué tal le suena a uno esta misma expresión con un leve añadido: Jesús de Nazaret vive?

Más de uno ha dejado por escrito esta otra expresión: Jesús de Nazaret murió, Cristo ha resucitado. Creo que se comprenden los matices diferenciales. Jesús, el de la historia de aquí; y Cristo, el de la historia en su más allá, en la resurrección.

Y por fin, creo, está ese conjunto de expertos aventajados que se inventaron el sintagma retóricoteológico JESUSCRISTO. 

Ríos de tinta corrieron, corren y seguirán corriendo con este asunto de la resurrección. No seré yo quien pretenda detener tal riada histórica. Pero sí me permito confesar que estaré atento a las variaciones de este peculiar curso de letra impresa o digitalizada a propósito de este asunto de Jesús de Nazaret y 'su momento de después de su muerte'. Para mí, ese momento se describe y se concentra en una palabra. Sólo en una: SILENCIO. Cuando es tan difícil y complicado decir algo, lo mejor será callarse.

Ya estoy escuchando algún altisonante reproche que me habla de las apariciones del condenado, crucificado y sepultado Jesús de Nazaret y desaparecido de su sepultamiento embalsamado y levantado de lo profundo de la tumba. Esta panoplia de críticas aceradas suelen arraigarse en los relatos con los que tres Evangelistas escribieron en el final de sus Buenas Noticias: Mt 28, Lucas 24 y Juan 20-21. Tan sólo la obra escrita de María Magdalena, que es el llamado Evangelio de Marcos, finaliza su relato (Mc 16,1-8) con el SILENCIO del sepultado Jesús de Nazaret. 

 

Para esta mujer de Magdala, seguidora desde las primeras tareas públicas del judío, laico y galileo llamado Jesús de Nazaret, la única aparición de este hombre y en este mundo fue su vida aquí. Con sus hechos y dichos. Con sus sueños y decepciones. Con sus acompañamientos e incomprensiones. Con sus brillantes aciertos y sus más de un fracaso...

La vida de aquel Jesús de Nazaret se sigue ¿investigando aún? Se sigue y se seguirá mientras quede en pie y con aire en sus pulmones una persona que siga escuchando en el SILENCIO de sus adentros aquella aparentemente pregunta innecesaria: ¿Quién dices que soy yo?     

A continuación encuentras los comentarios del Evangelio del domingo 4 de abril. Comentarios o apuntes de investigación.

  

Domingo de Resurrección Ciclo B (04.04.2021): Juan 20,1-9

Tú y yo somos su discípulo amado. Lo sostengo y escribo CONTIGO,

 

Esperaría poder leer el texto de Marcos 16,1-8, pero en este domingo de ’La Resurrección de Jesús’ la autoridad de la liturgia vaticana siempre nos propone la lectura del cuarto Evangelio, Juan 20,1-9. Y, una vez más y sin cansarme por decirlo, ¿por qué esta misma autoridad vaticana u otra mayor no decide que, en este domingo tan pleno en la fe de los cristianos, se nos lea completo todo el capítulo vigésimo de este Evangelio? Ya me sentiría mejor leyendo Jn 20,1-18.

 

Cuando se ha leído un par de veces con detenimiento este capítulo vigésimo del Evangelio de Juan se cae en la cuenta de las tres partes en las que el autor completó su mensaje. El mensaje final de su Evangelio, precisamente. Se cree que lo demás (Jn 21) fue una añadidura posterior.

 

Primera parte (Jn 20,1-18): “El domingo por la mañana”. Segunda parte (Jn 20,19-29): “Aquel mismo día por la tarde”. Y, la tercera parte (Jn 20,30-31): “Jesús hizo en presencia de sus discípulos muchos más signos de los que han sido escritos en este libro”.

 

Para este narrador de los hechos todo sucedió en un solo día, el primero de la semana, tres días después del sepultamiento de Jesús de Nazaret. Ninguno de los tres Evangelios Sinópticos cuenta lo que podemos leer en este relato. Sólo este Cuarto Evangelio nos habla de un discípulo al que Jesús quería. ¿No seremos probablemente tú y yo este discípulo amado?, me digo mientras dialogo con mis neuronas. No dejo de recordar que Juan escribe estos hechos unos 60 años después de la muerte de Jesús de Nazaret, en los años finales del siglo primero.

 

El gran interrogante que siempre me habitará mientras leo lo acontecido en la mañana de este primer día de la semana es la presencia y protagonismo de una mujer, María Magdalena (Jn 20,10-18). Precisamente es el texto que no se nos propone leer ni en este domingo ni en el siguiente en la celebración de la eucaristía. ¿Por qué se silencia la voz de esta palabra de Juan? ¿Por qué se olvida y borra la presencia de una mujer, la primera en estar siempre con Jesús?

 

Creo, con toda la ingenuidad de mi sentido común, que esta mujer que la liturgia vaticana nos enmudece y oculta fue la primera en contar, de viva voz y por escrito, su experiencia de fe en Jesús de Nazaret. Y es necesario y urgente hablar, en buena lógica, de Simón Pedro y de este ‘otro discípulo al que Jesús tanto quería’. ¿Quién es este discípulo que tan sólo aparece en este Evangelio y en cinco momentos desde el acontecimiento de la cena de despedida (Jn 13)? ¿Quién fue aquel don Quijote y su don Sancho nacidos de las neuronas de don Miguel de Cervantes?

 

Toda opinión es válida. Toda opción tiene su tesis doctoral avalada con su ‘cum laude’. Por eso permitiré considerarme también, como tú, querido por ese Jesús de Nazaret, vivo dentro de mí.

 

Y me sigo interrogando mientras leo sin prisas, ¿por qué no se dice de Simón Pedro esto que está escrito con toda la sana intención del Evangelio: “vio y creyó” (Jn 20,8)? ¿Aquel Simón Pedro de este cuarto Evangelio fue el primer papa del Vaticano? ¿A él y a todos sus seguidores les sucedió lo mismo? Es decir, vieron esto y aquello sobre el laico y judío Jesús de Nazaret... Vieron... Vieron, ¿pero no nos atrevemos a decir y confirmar que ‘creyeron’? Demasiadas preguntas. Lo sé. C B H.

 

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.

Domingo 19º: 04.04.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA

               

                El mes de noviembre de 1993 nos trajo una buena noticia. En realidad, la buena noticia ya andaba anunciándose ella misma desde hacía muchos años. Pero este anuncio ha dejado de ser sólo "tradición oral" y ha pasado a ser "texto escrito" en el documento de la Pontifica Comisión Bíblica que lleva por título: La interpretación de la Biblia en la Iglesia. Para las personas relacionadas con los estudios bíblicos, este documento no era ninguna novedad. Lo que en él se dice era mensaje admitido y difundido plenamente. Tal vez, para muchas personas de nuestra iglesia, el mensaje de este documento sí que resulta novedoso. Para muchísimos cristianos, la letra de la Escritura era letra histórica, es decir, mensaje que hay que interpretar, aceptar, comprender... tal cual lo presenta la Biblia. Dicho con algunos ejemplos: si se habla de "árbol" en la Biblia es que en la realidad había un árbol, o si se expresa que tal acción duró cuarenta días es que pasaron realmente cuarenta días, o que si tal personaje mandó a una higuera que se le cayeran las hojas en plena primavera es que a aquella higuera se le secaron las hojas...

                Ahora, el documento del que hablamos anima vivamente a que se "reflexione, estudie, investigue..." el texto escrito, porque lo más probable es que el texto bíblico diga literalmente una cosa y haya que "entender" otra bien distinta. Así, por medio del uso de ciertos métodos podremos ir más allá de la literalidad para comprender y saborear el auténtico mensaje de vida que es siempre la palabra de Dios. La importancia, entonces, de este documento no es pequeña y, la verdad, todo creyente preocupado por la Biblia debería conocerlo.

En estos minutos deseo copiar un par de expresiones de este documento para que el lector constate el verdadero alcance y el reto que se plantea a los lectores deseosos de seguir saboreando el mensaje de la Escritura como orientación para sus vidas.

Texto uno: "El método histórico-crítico es el método indispensable para el estudio científico del sentido de los textos antiguos..." (pp. 33 del Documento, según la edición de PPC). El adjetivo "indispensable" lo he puesto en negrita para indicar que si uno no sabe nada del método histórico-crítico, ni cómo se utiliza o se ha utilizado o en qué consiste... es muy difícil (imposible no hay nada) que llegue a "enterarse" de lo que quiere decir un texto antiguo como lo es el de la Biblia. A modo de ejemplo: ¿Qué puede decir Vd. del estudio crítico de la redacción de un texto? Si ante esta pregunta la actitud normal es la del silencio ignorante habrá que pensar que tal o cual persona está no-capacitada para una correcta comprensión del mensaje de la Escritura. Alguno podrá decirme, ¿pero la Palabra de Dios no está dirigida a la gente sencilla? ¿No pueden todos comprender su mensaje? Miren, alguna vez lo he dicho y escrito, la lectura y comprensión de lo bíblico, nunca es fácil y siempre es necesario un estudio bien a fondo. Ahora, el documento éste lo dice con claridad y en las primeras líneas. El reto, pues, de todo creyente cristiano es "empezar a hacerse un poco biblista".

Texto dos: "Le falta reconocer (al fundamentalismo, a la lectura literal) que el NT ha tomado forma en el interior de la Iglesia cristiana..., cuya existencia ha precedido a la composición de sus textos. El fundamentalismo, por ello, es frecuentemente antieclesial" (pág, 69). Leído el texto desde el final diría: Una manera (clara) de ser "antieclesial" es leer y comprender el NT al pie de la letra. ¿Qué les parece? ¿Se sobrepasa el documento en sus afirmaciones?  Empiece Vd. a leerlo y saque sus conclusiones... La próxima vez copiaré algún otro texto más, también sabroso, de este documento. Carmelo B.H., Educar hoy 45 (diciembre.1994).

 

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