Grave peligro para la Tierra y la
vida: el Gran Reinicio del Capitalismo (Great Reset)
2021-04-16
Se ha abierto en todo mundo un grande debate sobre qué
mundo vendrá en la pospandemia. Son muchas las proyecciones, algunas
optimistas, que suponen que la humanidad ha aprendido la lección de la
Covid-19: desarrollar una relación amigable con la naturaleza; las sociedades
deberán superar las profundas desigualdades actuales en la línea de la
encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco: que todos se sientan
hermanos y hermanas, también con los seres de la naturaleza, y no sus amos y
señores; en caso contrario nadie se salvará (Ft n.32).
Lo
que sin embargo causa grave preocupación es el llamado Great Reset, el
«Gran Reinicio» del orden capitalista mundial. Esta expresión fue sugerida por
el príncipe Charles juntamente con el Coordinador del Foro Económico Mundial,
Klaus Schwab. Este orden esta urdido por aquellos que el informe “Tiempo de
Cuidar”, de la OXFAM (ONG inglesa que mide los niveles de riqueza y de pobreza
en el mundo), señala como los pocos multimillonarios. Según esa fuente, en 2019
había 2.153 individuos que tenían más riqueza que 4.600 millones de personas.
El 1% de este grupo tiene más del doble de la riqueza de 6.900 millones de
personas. Con la pandemia se han hecho todavía más ricos. Sólo estos datos
revelan una economía gravemente enferma y nada saludable: un virus.
Este
grupo de multimillonarios, como aparece claramente en las sugerencias del
último Foro Económico Mundial del 21-24 de enero de 2020 (el próximo será en
agosto de 2021 en Singapur) proyecta un Nuevo Orden Mundial. Klaus Schwab, el
fundador y coordinador del FEM, junto con el economista Terry Malleret, dice en
su libro Covid-19 the Great Reset: “La pandemia representa una rara
ventana de oportunidad para reflexionar, reimaginar y reiniciar el mundo”.
Si
miramos bien, estamos ante una propuesta corporativista, un capitalismo de los
grupos de interés (Stakeholder Capitalism) que no tiene en cuenta a las
grandes mayorías de la humanidad. Éstas están fuera de su radar. Serán
participantes solamente los que se encuentran dentro de la burbuja del orden
del capital. Las siete temáticas son incluso de buen auspicio: cómo salvar el
planeta, economías más justas, tecnologías para el bien, entre otras. Sin
embargo, cuando se enumeran los riesgos globales, se mencionan guerras
accidentales, agitación anárquica, exploración de mentes, control neuroquímico,
pequeñas armas nucleares y otras.
Aparentan
incluso sensibilidad social, tal como establecer la soñada “renta mínima
universal”, garantizar la asistencia médica global, asegurar un futuro
resiliente, igualitario y sostenible, y buscar un nuevo contrato social
mundial. Pero, por otro lado, llenos de miedo por las reacciones de todo el
mundo contra un nuevo despotismo cibernético impuesto por ellos, sugieren el
Score Social, una estrategia centralizada de vigilancia del comportamiento de
los individuos y de todas las sociedades mediante el uso intensivo de
inteligencia artificial. Sería capitalismo de vigilancia.
Son
bellas palabras, pero sólo palabras. No se habla nunca de cambiar el paradigma
devastador de los bienes y servicios de la naturaleza, ése que quedó probado
por la irrupción de una serie de virus, y ahora por la letal Covid-19. No se
cuestiona el DNA del capital, que siempre quiere crecer y lucrarse por todos
los medios posibles. No se refiere a la Sobrecarga de la Tierra (The Earth
Overshoot), es decir, al agotamiento de los “recursos” naturales para
nuestra subsistencia. De igual manera, no toman conciencia de las nueve
fronteras planetarias (Nine Planet Boundaries) que de ninguna manera
pueden ser sobrepasadas, bajo peligro de colapsar nuestra civilización.
Cosa
peligrosísima: el Gran Reinicio no excluye la guerra como medio económico, geoestratégico
y de enfrentamiento violento, sabiéndose que una guerra hoy en día puede poner
fin a la especie humana, especialmente a partir de Ucrania, el punto más
sensible del enfrentamiento con Rusia. Ésta puede destruir Europa en pocos
minutos. El Foro sólo busca limar los dientes del león pero no quitarle su
voracidad. Como máximo llega a un capitalismo verde, en el que el verde
disfraza la dinámica acumuladora y excluyente del sistema del capital que
permanece intocable.
Somos
de la opinión de que ese Gran Reinicio (Great Reset) no va a prosperar,
por el simple hecho de que la Tierra-Gaia ha llegado a los límites de su
sostenibilidad. No aguanta más la rapiña del orden del capital en beneficio de
unos pocos lanzando a miles de millones a la miseria y el hambre. Como algunos
epidemiólogos ya dijeron: si no cambiamos el tipo de relación devastadora con
la naturaleza, ésta nos enviará virus todavía más letales que podrán destruir
gran parte de la humanidad.
Todo
podría ser diferente. Por ejemplo, la Directora Ejecutiva de Oxfam, Katia
María, afirmó: Si la población del 1% más rico del mundo pagase un impuesto
extra del 0,5% sobre la riqueza, en los próximos 10 años sería posible crear
117 millones de empleos en educación, sanidad y cuidado de personas mayores.
La solución debe venir de abajo, como afirma con frecuencia
el Papa Francisco: de la articulación de todos los movimientos sociales
mundiales, de aquellos que están en el Foro Social Mundial, haciendo coro con
los humanistas y también con los economistas que reafirman la tesis básica de
la Economía de Francisco y Clara del actual Pontífice: una economía
fundada en la solidaridad, en la cooperación, en la ecología, en la
circulación, en la reutilización, en fin, una economía humana para los humanos.
Si no caminamos en esta dirección, es muy posible que se cumpla la advertencia
de Zygmunt Bauman: “engrosaremos el cortejo de los que caminan en dirección a
su propia sepultura”.
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