Diálogo en el Alma del Pueblo de Dios
REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
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Papa Francisco propicia un diálogo en el alma del pueblo de Dios. A los fieles y peregrinos reunidos el domingo para la oración Regina Coeli, les dijo que insistieran en importunar a los pastores, golpeando la puerta de la iglesia. Y a los sacerdotes que ordenó en la misa previa, les dijo -entre otras cosas- que sean misericordiosos en la confesión, que traten bien a la gente.
Importunen a los pastores para que les demos la doctrina y la gracia
A la gente de la Plaza de san Pedro el Obispo de Roma explicó: “Este domingo pedimos por los pastores de la Iglesia, por todos los obispos, entre ellos el obispo de Roma, y por todos los sacerdotes; en particular rezamos por los nuevos sacerdotes de la Diócesis de Roma, que he ordenado hace poco en la Basílica de San Pedro…”. “También a ustedes –expresó Francisco-, por favor, les pido que nos ayuden: nos ayuden a ser buenos pastores. Una vez leí una cosa muy hermosa de cómo el pueblo de Dios, ayuda a los obispos y a los sacerdotes a ser buenos pastores. Es un texto de San Cesáreo de Arlés, un padre de los primeros siglos de la Iglesia. Y él explicaba cómo el pueblo de Dios, debe ayudar al pastor, y ponía este ejemplo: cuando el ternero tiene hambre, va con la vaca, va a su madre, a beber la leche; pero la vaca no se la da inmediatamente: parece que se la quiera retener para ella. ¿Y que hace el ternerillo? Empuja con su hocico las mamas de la vaca para que salga la leche. ¡Es una bella imagen! dijo el Sucesor de Pedro. Y continuó: “Así ustedes –dice este Santo- tienen que ser con los pastores: llamar siempre a su puerta, a su corazón, para que les den la leche de la doctrina, la leche de la gracia y la leche de la guía”. Yo les pido por favor –insistió Francisco-, que importunen a los pastores, molestar a los pastores, a todos nosotros pastores, para que nosotros les demos la gracia, la doctrina y guía. ¡Importunen! Piensen en aquella bella imagen de la ternera cómo importuna a su madre para que le dé de comer.” (Domingo 11 de mayo – Oración Regina Coeli)
Por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos
Insiste el Obispo de Roma a los fieles y peregrinos, que hay que golpear a la puerta de la Iglesia; pedir al sacerdote, al pastor, al obispo la doctrina, la gracia, el acompañamiento. Por eso, en la misa anterior a la oración Regina Coeli, dijo también a los que iban a ser ordenados presbíteros: “… con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí me quiero detener y pedirles que, por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos. Por favor, tengan esa capacidad de perdón que tuvo el Señor, que ¡no vino a condenar sino para perdonar! Tengan misericordia, ¡tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado “perdonadores” piensen en el santo cura del que les hablé que iba delante del Santísimo y decía: “Señor, perdóname si he perdonado demasiado, pero eres tú el que me ha dado el mal ejemplo de perdonar tanto”. Es así –manifestó el Papa-. Pero yo les digo verdaderamente, que siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada. ¡Han visto cómo les cerraban las puertas de la Iglesia en la cara! Por favor no hagan esto: ¡Misericordia, misericordia!”
“El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor –afirmó el Vicario de Cristo-. Si ustedes no entran en su ministerio por las llagas del Señor, ustedes no serán buenos pastores”. (Domingo 11 de mayo – Homilía Ordenaciones presbiterales.)
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