El mundo es lindo… las noticias son feas
Lo dijo serio, como meditando, mirando a su mamá mientras lo cambiaba para ir al jardín, nido (o como se diga en el país desde donde nos leas, amable lector), mi hijo de ya casi cuatro años.
Para consolar a los familiares y amigos de estos chicos, ha sido el Cardenal Salazar quien ha levantado la voz, ofreciendo las oraciones y la solidaridad que tanto se necesita ante los momentos de dolor y de prueba que deben estar oprimiendo a esas 32 familias.
Lo que dijo mi hijo aún resuena en la cabeza. Me ha seguido dando vueltas mientras leía el discurso del Papa Francisco esta mañana a los obispos de México, a quienes les pidió que lleven su saludo de hijo a la Virgen de Guadalupe.
A estos hermanos suyos, el Santo Padre también les ha pedido que defiendan la familia y la vida, en todas sus fases, ante la “deshumanizadora cultura de muerte”.
El pedido del Papa se hace especialmente importante para nosotros en América Latina, ante el avance de las leyes que algunos sectores intenta imponer, a favor del aborto y a favor de las uniones homosexuales para equipararlas con el matrimonio.
Es que no hay nada que justifique el aborto, y hay de todo para explicar la importancia del derecho a la vida, sin el cual no existiría ningún otro derecho. No es cuestión de religión, ni de credos, ni de nada ideológico, es un asunto puramente biológico, científico, netamente primario que debe estar en la conciencia de todos, incluso en la de los más adormecidos por la cultura de muerte (o anticultura de muerte) a la que ha aludido hoy el Pontífice.
Creo que es cierto que los católicos somos ahora una auténtica minoría, pero es cierto también es somos una minoría capaz de muchas cosas.
He sido testigo en los últimos meses del exitazo de un grupo de jóvenes, que sin un solo sol en inversión (los avisos gigantes llegaron luego y de parte de otros sectores que se acoplaron a la campaña) han reunido a más de 52 mil seguidores en Facebook con Parejas Reales, que luego han sido testigos de la presentación, en el Congreso de un millón de firmas para oponerse a la unión civil propuesta por el congresista gay Carlos Bruce, que decidió “salir del clóset” generando un claro conflicto de intereses que ya varios han denunciado.
He visto además cómo en el estado mexicano de Guerrero, la defensa de la vida logró un gran triunfo, apoyada por la gran mayoría de ciudadanos, frenando un proyecto de ley propuesto por el gobernador estatal que ha sido enviado a la “congeladora” hasta, probablemente, que el lobby del aborto vea un “mejor escenario” para intentar aprobar su iniciativa anti-vida.
He visto muchas cosas últimamente, buenas y malas. Y es cierto, hijo, el mundo es bueno. Dios lo ha creado todo bueno, ha hecho todo lindo. Y aunque hay noticias feas, también hay buenas noticias y nosotros los católicos somos los que tenemos que darlas, los que tenemos que lucharla con paciencia y esfuerzo, con ardor y esperanza, con ese “corazón firme en el Espíritu Santo” del que nos habló el Papa Francisco hoy en Santa Marta.
Todos tenemos algo que hacer y es hora de actuar.
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