Banderas rojas cuelgan en las afueras del memorial church en el campus de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts. 6 de septiembre de 2012 (Foto Tim Sackton via Flickr (CC BY-SA 2.0)
Las misas negras –relacionadas con el ocultismo, el esoterismo y la magia negra– con frecuencia involucran la profanación de la Eucaristía, pisoteada, mezclada con drogas o incluso usada en actos sexuales. En otros casos, presentan sacrificios rituales de animales o de bebés.
Los participantes se visten de negro, y usan amuletos diversos, entre el que destaca la estrella de cinco puntas invertida, relacionada habitualmente con Satanás.
En su tratado de demonología Summa Daemoniaca, el famoso exorcista español José Antonio Fortea señaló que entre las causas de posesión por el demonio se encuentra “asistir a sesiones espiritistas, a cultos satánicos o a ritos esotéricos”, además de hacer un “pacto con el demonio” o “que un hijo haya sido ofrecido por su madre a Satanás”.
Además, la infestación de una casa por demonios “puede ocurrir cuando en esa casa se ha practicado de forma continuada espiritismo, ritos satánicos, santería o cualquier otra forma de esoterismo”.
El P Fortea señaló en su libro que los poderes de Satanás están limitados por designio de Dios hasta el fin de los tiempos “solo a los pequeños grupos satánicos donde sí que puede, al ser invocado, mostrarse”.
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