lunes, 5 de mayo de 2014

«LA PLENITUD DEL AMOR» (san Agustín)

REFLEXIÓN ESPIRITUAL
 
De los tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan: «LA PLENITUD DEL AMOR»

El Señor, hermanos muy amados, quiso dejar bien claro en qué consiste aquella plenitud del amor con que debemos amarnos mutuamente, cuando dijo: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». Consecuencia de ello es lo que nos dice el mismo evangelista Juan en su carta: «Cristo dio su vida por nosotros; también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos», amándonos mutuamente como él nos amó, que dio su vida por nosotros. [...]
Lo que hemos dicho no hay que entenderlo como si nosotros pudiéramos igualarnos al Señor, aun en el caso de que lleguemos por él hasta el testimonio de nuestra sangre. Él era libre para dar su vida y libre para volverla a tomar, nosotros no vivimos todo el tiempo que queremos y morimos aunque no queramos; él, en el momento de morir, mató en sí mismo a la muerte, nosotros somos librados de la muerte por su muerte; su carne no experimentó la corrupción, la nuestra ha de pasar por la corrupción, hasta que al final de este mundo seamos revestidos por él de la incorruptibilidad; él no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados de él, no podemos tener vida.
Finalmente, aunque los hermanos mueran por sus hermanos, ningún mártir derrama su sangre para el perdón de los pecados de sus hermanos, como hizo él por nosotros, ya que en esto no nos dio un ejemplo que imitar, sino un motivo para congratularnos.

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