Diario Vaticano / El nuevo Anuario Pontificio ya es viejo
Ha salido en los días de Pascua. Pero fue cerrado al 22 de febrero. En consecuencia, no hay rastros ni de la Secretaría de asuntos económicos ni de otras tantas novedades decididas últimamente por el papa Francisco
por Sandro Magister
CIUDAD DEL VATICANO, 29 de abril de 2014 – A las 10.50 en punto del 13 de mayo del año pasado el papa Francisco recibió en audiencia a la cúpula de la Secretaría de Estado, que le entregó una copia de la edición del 2013 del Anuario Pontificio, una especie de “Quién es quién” de la Santa Sede y de toda la Iglesia Católica, al menos en su composición jerárquica, junto con un ejemplar del Anuario Estadístico del 2011.
La audiencia fue hecha pública con un comunicado en el que se decía:
"El Santo Padre agradeció el homenaje, mostrando vivo interés por los datos ilustrados y expresando viva gratitud a todos los que han colaborado en la nueva edición de los dos anuarios".
La entrega al Papa anticipaba, mediante una costumbre antigua, la difusión en las oficinas y la venta al público del nuevo Anuario.
Pero este año la voluminosa publicación editada por la Libreria Editrice Vaticana – de más de 2300 páginas y encuadernada en tela roja – ha sido difundida, al costo de 78 euros, sin la tradicional audiencia pontificia.
Signo ulterior de cuanto el papa Francisco, a pesar del "vivo interés" declarado hace un año, se siente desvinculado de pequeños y grandes usos y costumbres curiales, de los cuales está sustancialmente ajeno.
Pero las malas noticias para el Anuario Pontificio 2014 no terminan aquí.
En efecto, esta última edición, a pesar de haber sido impresa hace muy poco, ya está obsoleta aquí y allá.
Al haber sido actualizada al 22 de febrero, sí incluye a los nuevos cardenales creados en el consistorio celebrado ese mismo día. Pero no contiene las importantes novedades curiales introducidas por el papa Francisco en los días inmediatamente posteriores.
En el nuevo Anuario no se encuentran los nuevos organismos creados el 24 de febrero con el motu proprio "Fidelis dispensator et prudens", es decir, el Consejo de asuntos económicos, la Secretaría de asuntos económicos y el Auditor general. Tampoco se encuentra la neonata pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, que sí ha sido creada el 22 de marzo, pero que había sido anunciada desde el pasado 5 de diciembre.
Pero aparte de estas omisiones, el nuevo Anuario presenta otras curiosidades.
Por ejemplo, registra el nombramiento del obispo Giorgio Corbellini como presidente de la Autoridad de Información Financiera, pero sin la expresión “ad interim” que también había estado asociada a su nombramiento, en lugar del “destituido” cardenal Attilio Nicora, el 30 de enero.
También el prelado del IOR, monseñor Giovanni Battista Ricca, aparece en el Anuario sin la expresión “ad interim”, que también le había sido asociada el día de su nombramiento, el 5 de junio del año pasado.
Siempre respecto al IOR, el nuevo Anuario da como presidente de la Comisión Cardenalicia de Vigilancia al purpurado español Santos Abril y Castelló, a pesar que su nombramiento ha sido anunciado el 4 de marzo.
Pero también se informa la especificación “ad interim” referida al nombramiento del obispo Nunzio Galantino como secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, publicada el 30 de diciembre. Pero porque en este caso la especificación ha cesado el 26 de marzo, con la confirmación "plena" de Galantino en su mismo rol.
En el Anuario no encuentran lugar las dos pontificias comisiones referidas al IOR ni la referida a las estructuras económico-administrativas vaticanas, instituidas con dos quirógrafos, respectivamente del 24 de junio y del 18 de julio. Signo de su existencia limitada en el tiempo, aun cuando no se sabe cuánto tiempo más durarán. Pero ni siquiera encuentra lugar el Comité de Seguridad Financiera, instituido en forma estable el 8 de agosto con un motu proprio.
Pero está presente en el Anuario el llamado "C8", al cual se le da el nombre oficial latino de “Consilium Cardinalium Summo Pontifici adiuvando in universali Ecclesia moderando et Constitutione Apostolica Pastor Bonus renovanda”.
Este nuevo organismo, el más revolucionario entre los creados por el papa Francisco en su primer año de pontificado, encuentra ubicación inmediatamente después del sínodo de los obispos y en la misma página en la que se halla el ahora suprimido Consejo de Cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, el llamado "Consejo de los 15", el cual ha sido suplantado por el Consejo de asuntos económicos.
Ironía de la historia: el "C15" ha sido suprimido en el momento que por primera vez en el Anuario Pontificio está puesto en negro sobre blanco (en los anteriores no figuraba) que quien lo presidía era el cardenal secretario de Estado.
En el "C8" figura siempre el cardenal australiano George Pell, quien en el interín ha dejado la arquidiócesis de Sydney, de la que es ahora emérito, para asumir el cargo curial de prefecto de la neonata Secretaría de asuntos económicos. En este momento, entonces, nombrado en su momento con criterios representativos geográficos, en el "C8" se sientan dos representantes de los organismos centrales de la Iglesia (Pell y el cardenal Giuseppe Bertello, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano), pero no hay ningún pastor en el cargo de Australia y Oceanía.
Otras pequeñas novedades del Anuario del 2014 son las siguientes.
En la sección de la prefectura de la Casa Pontificia se nota que entre los miembros de la capilla pontificia ha desaparecido la categoría de los abogados consistoriales. Mientras que se oficializó la presencia de Pier Giorgio Zanetti como segundo ayudante de cámara, al lado de Sandro Margotti, el sucesor del condenado “mayordomo” de Vatileaks, Paolo Gabriele.
En las páginas dedicadas a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica ha desaparecido el nombre del sacerdote Nunzio Scarano, ex contador de la sección extraordinaria, bajo proceso en Italia con la acusación de lavado de dinero, que ha sido eliminado también del índice general, en el que habría debido aparecer en calidad de “capellán de Su Santidad”. Signo quizás que este título le ha sido revocado, aun cuando en la página web de la diócesis en la que está incardinado, la de Salerno, todavía le está atribuido.
En el listado del cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede asoma por primera vez el “Estado de Palestina”, anteriormente rubricado como “Representación de la OLP”. El cambio sigue a la resolución de la ONU con la que en noviembre del 2012 Palestina ha sido admitida en el Palacio de Vidrio como Estado observador.
En la sección dedicada al Estado de la Ciudad del Vaticano resulta inserto, como vacante, el cargo de vicesecretario del Governatorato, no previsto un año atrás. Enteramente vacante resulta también la comisión disciplinar, la que en el 2012 había tenido un rol importante durante la gestión del llamado “caso Viganò”.
En la sección dedicada al vicariato de Roma ha desaparecido el cargo de “prelado secretario”, también previsto por el ordenamiento establecido con la constitución "Ecclesia in Urbe" de 1998, cubierto hasta el año pasado por monseñor Paolo Mancini, luego enviado a guiar una parroquia. Por el contrario, el obispo auxiliar Matteo Zuppi, de la Comunidad de San Egidio, gana respecto a un año atrás el doble título de encargado del Centro para la Cooperación misionera entre las Iglesias y de la Oficina diocesana de las Obras Pontificias Misionales.
Entre las Academias pontificias – que están bajo la jurisdicción del Pontificio Consejo para la Cultura, presidido por el cardenal Gianfranco Ravasi – ha desaparecido la de la Inmaculada, que fundada en el lejano 1835, ha sido hecha morir de un año a otro sin siquiera una nota necrológica.
En lo que se refiere por último a las fundaciones, Grazia Bottiglieri Rizzo, líder de la homónima sociedad de armadores navales, no figura más en el consejo de la administración de la “Centesimus Annus – Pro Pontifice”, donde el año pasado estaba registrada como vicepresidente.
Tampoco figura más como vicepresidente del consejo de administración de la "Fondazione Vaticana Joseph Ratzinger – Benedetto XVI" el ex director general del IOR, Paolo Cipriani.
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