martes, 27 de enero de 2015

Beato Jorge Matulaitis - San Julián de Mouras - San Julián de Le Mans - San Teodorico de Orleans 27012015

Beato Jorge Matulaitis





Beato Jorge Matulaitis, obispo y fundador
En la ciudad de Kaunas, en Lituania, beato Jorge Matulaitis, obispo de Vilna y después enviado apostólico en Lituania, fundador de la Congregación de Clérigos Marianos y la Congregación de Hermanas Pobres de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
Jorge Matulaitis nació en el pueblo lituano de Lugine, el 13 de abril de 1871, y fue el último de los ocho hijos de Andres y Úrsula. A los diez años quedó huérfano de los dos padres, y permaneció bajo el cuidado de su hermano mayor, Juan, quien luego de darle los estudios elementales, lo llevó a las labores del campo. Pero a los 18 años se mudó con un cuñado llamado Juan Matulewicz a Polonia, y allí se cambió el nombre de Matulaitis a Matulewicz. 
Estando en Polonia, ingresó al seminario de Kielce para realizar los estudios sacerdotales, y fue ordenado a los 27 años, en 1878. Continuó estudiando en Friburgo de Suiza donde obtiene el doctorado en Teología con una tesis sobre la doctrina rusa de la justicia original.
Desde 1902 se abocó a la enseñanza: Literatura latina, Derecho canónico, Teología dogmática y Sociología, son las asignaturas que dictó, primero en el seminario de Kielce y luego en el de San Petersburgo. Pero en 1904 se le manifestó una tuberculosis ósea que lo tuvo postrado y al cuidado de las Hermanas del Sacratísimo Corazón de Jesús; lleno de gratitud por sus cuidados, las ayudó en 1907 con la reforma de las constituciones de la congregación. Esa tarea será determinante en su futuiro religioso.
Funda por esos años en Varsovia dos asociaciones laicales de importancia: una de jóvenes universitarios ("Renacimiento") y una de trabajadores. Pero en esos momentos el gobierno ruso está prácticamente desmantelando los institutos religiosos, por lo que sobre la base de su experiencia con las Hermanas del Sacratísimo Corazón, se pone en camino de reformar y revitalizar la ya casi extinta Orden de Clérigos Regulares Marianos, de la cual quedaba sólo el convento de Marijampolé.
Ingresó sin noviciado al Instituto con autorización de Roma, emitiendo los votos inmediatamente, y ya desde dentro se puso a la tarea: desde el hábito hasta la vida común, dio nueva vida a la congregación, cuyas nuevas constituciones fueron aprobadas por Roma en 1910, al tiempo que el padre Jorge forma en la clandestinidad un noviciado en San Petersburgo, con tres novicios. Hará lo propio en Friburgo, para que los novicios puedan intercambiar con Occidente, de manera de poder formarse sólidamente a pesar de la persecución zarista, ya que este tipo de iniciativas eran vistas como un modo de alimentar los sentimientos nacionales polacos y lituanos. Las fundaciones se extendieron: Chicago en USA (1913), Polonia (1915), Lituania (1918).
A esto se sumó, pasada la primera Guerra Mundial, la fundación de la Congregación de Hermanas de los Pobres de la Santísima Virgen María, para ayudar a los necesitados, que abundaban como consecuencia de la guerra.
También en 1918 recibe de Roma el nombramiento para la sede episcopal de Vilna, en Lituania. Sin embargo la cuestión fue bien difícil, en los siguientes tres años se sucedieron en Vilna cuatro dominios políticos distintos: alemán, ruso-bolchevique, polaco y lituano. Incluso los fieles eran una mezcla de nacionalidades, no sólo distintas sino enfrentadas por cuestiones de lengua. Desde 1920, cuando Vilna entra en la órbita de Polonia, este país resite al obispo porque no es de nacionalidad polaca. Sin embargo, el santo no se arredra: aun en 1924 funda la congregación de las Hermanas de Jesús en la Eucaristía, con el encargo de ayudar a los pobres de la comunidad Bielorrusia. 
Pero el nuevo concordato entre Polonia y la Santa Sede hace desaparecer la diócesis de Vilna, y el obispo se traslada, sin sede, a Roma, donde funda un Colegio para estudiantes de los Clérigos Regulares. Cuando nació la nueva república de Lituania, fue nombrado Visitador Apostólico de la nueva nación. Dedicó sus últimos años a la reorganización territorial y administrativa de la iglesia lituana, así como a visitar y apoyar a la gran masa de emigrantes lituanos, especialmente en USA.
Una apendicitis aguda lo llevó rápidamente a la muerte, el 27 de enero de 1927. Fue sepultado en la catedral de Kaunas, en Lituania, pero en 1934 sus restos fueron trasladados a la iglesia parroquial de Marijampolé. Jorge Matulaitis - Matulewicz fue beatificado por SS Juan Pablo II el 28 de junio de 1987 en Roma.

San Julián de Mouras

 


San Julián de Sora, mártir
En la ciudad de Sora, en el Lacio, conmemoración de san Julián, mártir, el cual, según la tradición, padeció el sacrificio en tiempo del emperador Antonino.
Julian, un joven nacido en Dalmacia, fue reconocido como cristiano en Italia, cerca de Anagni, en la persecución de Antonino Pío. Conducido a Atina, fue allí sometido por Flaviano, prefecto de la provincia de Campania, a diversos tormentos. Mientras sufría la pena del potro se desplomó el templo de Serapis, y cayó en pedazos la estatua del dios. Acusado entonces de magia fue decapitado entre las ruinas del mismo templo.

Tal es la leyenda transmitida en un manuscrito italiano de Chioccarelli. Baronio, en los Annales, asigna el martirio de Julián al año 175, bajo el emperador Marco Aurelio, durante el pontificado del papa Sotero. Pero en el Martirologio Romano se coloca el martirio bajo Antonino Pío (138-161). En el Martirologio de la Basílica Vaticana, se considera que la sede del martirio fue Sora, y añade que en esta ciudad se conservan manuscritos de las Actas del mártir. La leyenda sorana y la atinate sólo difieren en la localización y en algunas circunstancias del martirio. Ambas son ciertamente tardías, y cabe señalar que en las dos se asigna al martirio del santo el mismo día, el 27 de enero, posiblemente por influencia de que en ese día se recuerda a san Julián de Le Mans.

Las reliquias del mártir fueron encontradas en el mismo lugar donde se celebraba su memoria, en una antigua iglesia dedicada al santo en Sora, como lo demuestra el proceso autentificado de su hallazgo, documentado en una acta autógrafa del obispo Giovannelli (1609-32), transmitida a la Congregación de Ritos el 15 de abril de 1614. Las reliquias fueron descubiertas el 2 de octubre de 1612 y trasladadas por deseo de Constanza Sforza Boncompagni a la iglesia del Espíritu Santo el 6 de abril de 1614. El obispo Mons. Agustín Colaianni (1797-1814) las hizo trasladar de nuevo a la catedral, donde son hasta ahora veneradas bajo el altar dedicado al santo, mientras que en la parte superior del mismo altar hay una imagen de madera que lo representa con la palma del martirio.
fuente: Santi e Beati


San Julián de Le Mans

 


San Julián de Le Mans, obispo
En Cenomanum, en la Galia Lugdunense, san Julián, considerado como el primer obispo de este lugar.
La primera mención concreta y firme acerca de san Julián, obispo de Le Mans, la tenemos en un documento del siglo VII, el testamento del obispo Bertram, que menciona una basílica dedicada a san Víctor, y una capilla al obispo san Julián, cerca de la sede episcopal. A comienzos del siglo IX, los dos centros de culto estaban cuidados por sendos monasterios, uno grande y uno pequeño, tal como se indica en un documento imperial del 832, que también se ha conservado. Allí por primera vez se atribuye la fundación de la sede de Le Mans a san Julián, bien que sobre la base, como vimos, de un culto antiguo como obispo del lugar.
Pocos años más tarde, el obispo de Le Mans, Alderico, considerando que las tumbas de san Julián, san Víctor, y otros venerados santos locales no estaban bien cuidadas, hizo trasladar todas a la catedral. Y en ese mismo tiempo se compuso la primer lista episcopal (episcopologio) de Le Mans, que recoge datos de distinto carácter, algunos verificables y otros legendarios. Comienza enunciando lo que podemos considerar una certeza: que san Julián fue el primer obispo de la sede, y le asigna a su episcopado una duración de 47 años, lo que es mucho, pero no imposible. 
Sin embargo, ya la segunda versión de este documento, un poco posterior, avanza en la leyenda, comienza diciendo que "era el tiempo de Domiciano, Nerva y Trajano, bajo quienes Juan apóstol y evangelista escribió su evangelio y su apocalipsis" (el manuscrito original dice, anacrónicamente, Decio, en lugar de Domiciano), es decir, los años 80 en adelante del siglo I. Este procedimiento de echar hacia atrás lo más posible la fundación de una sede episcopal tenía su razón de ser en la necesidad de prestigio, por lo que las sedes competían en quién había sido evangelizada antes, con el sólo límite de la Pascua del Señor. Para ello identificaban al fundador con uno de los anónimos 72 discípulos que envió Jesús a evangelizar (Lc 10). Si sumáramos todos los santos que cada sede episcopal de la Galia, de Italia, de Alemania, consideró que pertenecían al número de los 72 discípulos, naturalmente no nos saldría la cuenta. San Julián no podía ser menos, así que no sólo para la leyenda local era uno de los 72, sino que además más tarde la cuestión se amplía y resulta identificado con Simón el leproso (Mc 14).
Lamentablemente esas deformaciones de los genuinos recuerdos históricos orales nos impiden saber con alguna certeza cuándo fue fundada realmente la sede de Le Mans -aceptando como cierto que haya sido san Julián su primer padre-, aunque también podría pensarse que el anacronismo del manuscrito mencionado, que leía Decio en vez de Domiciano, conserve sin proponérselo la verdadera época de fundación de la sede, que con más probabilidad fue en el siglo III. 
El culto de san Julián gozó de una constante estima, e incluso traspasó las fronteras de Francia cuando el rey de Inglaterra Enrique II, que había nacido en Le Mans y posiblemente fue bautizado en la iglesia de San Julián de dicha ciudad, subió al trono y propagó en su reino esta devoción, que llegó a ser muy fuerte.
Mons. Duchesne es quien discute con amplitud y su acostumbrada minuciosidad los distintos episcopologios de Le Mans, y va dando datos acerca de san Julián, en Fastes Episcopaux, II, pág 312 en adelante; la referencia a Enrique II la desarrolla Herbert Thurston, S.]. en Butler's Lives of the Saints, tomo I, pág 183, ver también Acta Sanctorum, enero II, 761ss, y en el apéndice, 1152ss.

San Teodorico de Orleans

 


San Teodorico de Orleans, obispo
En Tonnerre, ciudad de Borgoña, tránsito de san Teodorico, obispo de Orleans, que falleció mientras viajaba a Roma, en peregrinación a la basílica de los Apóstoles.
En Tonnerre, pequeña villa de la diócesis de Langres, fue fundado en el siglo XI el monasterio de San Miguel, que fue donde, camino de una peregrinación, murió Teodorico II, obispo de Orleans, y fue enterrado. Los milagros obrados en su tumba le acreditaron como santo, y comenzó a recibir veneración en el monasterio. Precisamente allí se celebró en su honor durante siglos una misa y oficio propios el día 27 de enero. Los textos de esta liturgia, recogidos, ordenados y tranformados en en el relato de una «Vita», por el Card. Sausseyus en el siglo XVII, son todo lo que tenemos sobre el santo.
Según parece, Teodorico era hijo del señor de Château-Thierry-sur-Marne y nieto del que dio nombre de la villa; vino al mundo en el siglo IX, aunque el año se desconoce. Su tío Rayneaud era abad en el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif, en Sens, y allí fue enviado para estudiar y formarse desde pequeño. Con esa cuna y aval era evidente que estaba destinado a la gloria mundana, dentro o fuera de la carrera eclesiástica; sin embargo Teodorico durante su vida, a pesar de convivir con las esferas del poder local, se mantuvo humilde y entregado a la consecución de la santidad. Terminada su formación fue llamado a la corte del rey Roberto, donde ayudó a la pacificación del matrimonio del rey, que amenazaba romperse. 
A la muerte de Fulco, su predecesor, en el 1016, Teodorico, que tenía ya fama de hombre piadoso entre el pueblo, fue elegido como obispo de Orleans, segundo en llevar ese nombre en la sede (Teodorico I fue obispo en el siglo anterior). Era sin duda el candidato del rey, en la lucha entre él y los señores locales; sus enemigos, incluyendo al obispo de Chartres, que tenían otro candidato para la sede, levantaron contra Teodorico varias calumnias, pero de todas salió ileso y probado, y fue finalmente consagrado obispo.
No obstante, los ánimos se calmaron sólo momentáneamente; hubo en su período de episcopado un movimiento que se conoce en la historia como "herejía de Orleans", una acusación ante el rey Roberto de que cierto número de canónigos estaban enseñando erróneamente acerca de los sacramentos. No se sabe exactamente el papel de Teodorico en esta cuestión, pero Roberto convoca para el 1022 un sínodo, que sería el séptimo de Orleans, para resolver en la cuestión de esta herejía, pero en él comienza por ser depuesto Teodorico, con la consiguiente pérdida de poder del partido real. Lo siguiente que sabemos de Teodorico es que iba camino de Roma, posiblemente para defenderse de las acusaciones que lo llevaron a dejar la sede, y en el camino, habiendo parado en la abadía de San Miguel, como ya he señalado, murió. Aunque el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif disputó con el de San Miguel por la posesión de los restos, finalmente quedó enterado en Tonnerre; en 1660 algunas de sus reliquias fueron donadas a la sede de Orleans.

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