domingo, 25 de enero de 2015

Hoy el reto del amor es buscar las ascuas en tu hoguera.25012015

Hoy el reto del amor es buscar las ascuas en tu hoguera.

Año del Señor 2015
Lerma, 25 de Enero




Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.


CALOR DE HOGUERA


Esta semana pasada me ha tocado a mí encender la gloria (nuestro particular "suelo radiante") del Noviciado. En la gloria está la puerta (por donde se mete la leña) y "el tiro", que es una especie de palanca que sirve para abrir más o menos la salida de la chimenea.


Mientras metía un par de troncos, sólo me venían a la cabeza las películas de pastores o de indios, y sus hogueras de llamas altísimas. "Eso sí que tiene que calentar de lo lindo...", pensaba. Y, finalmente, llegué a la gran conclusión: si para que haya fuego se necesita oxígeno, para que haya mucho fuego se necesita... ¡mucho oxígeno!


Dicho y hecho. Me dediqué a abrir todo lo posible: el tiro, la puerta de la gloria, pero, además, las ventanas de la galería y la puerta que da a la huerta. Con semejante corriente de aire, sólo lograr encender el fuego fue una aventura, porque se me apagaba el mechero... Pero, cuando lo logré, ¡hubo unas llamas espectaculares!


La leña se iba consumiendo a toda velocidad. Al poco tuve que volver a echar más palitos. Y otra vez... Y otra... Sinceramente, estaba convencida de que el asunto estaba funcionando mejor que nunca, pero, cuando a media mañana llegué a la sala de trabajo... ¡el suelo estaba frío! Justo entonces recordé lo que me dijo Lety hace tiempo:


-Es muy importante cerrar el tiro pues, por donde se va el humo, también se va el calor. Puede que al cerrar, las llamas se vuelvan pequeñas, pero no importa. El objetivo es que se transformen en ascuas, ¡eso es lo que calienta!


Hoy el reto del amor es buscar las ascuas en tu hoguera. Las llamas son atractivas, espectaculares, pero, lo que calienta de verdad son las ascuas: sencillas y silenciosas, pero que permanecen. ¡Así es también el amor de Cristo! Hoy pídele ojos para poder verle en las cosas sencillas, en lo cotidiano. Y, en la oración, pregúntale quién tiene el corazón frío a tu alrededor. Si le das la mano a Cristo, ¡te sugerirá mil formas de calentarle! No busques grandes llamas: basta con el ascua de un pequeño gesto... lleno de cariño. ¡Feliz día!


VIVE DE CRISTO



 
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