martes, 27 de enero de 2015

Casas embrujadas (Temas actuales)

Casas embrujadas
La respuesta de la ciencia, la respuesta de la fe
Los fenómenos espiritistas sólo tienen éxito entre las personas que están más ávidas de emociones que de verdad, de ilusiones que de realidades


Por: Luis Sánchez Alcántara | Fuente: Catholic.net



¿Quién ha escuchado alguna vez ruidos extraños desconocidos en su casa: sentir corrientes de aire, teniendo el lugar cerrado; ver caer o moverse objetos de su lugar, sin razón aparente; o más aún haber visto a una persona que luego desaparece? En este apartado abordaremos los fenómenos de las casas embrujadas y del espiritismo, con sus fraudes y peligros, ya que éstos no solamente son un aspecto de lo maravilloso, sino que también plantean la posible comunicación de los muertos con los vivos.

¿Hay comunicación con el más allá?

Algunas personas se plantean esta pregunta al escuchar o presenciar los fenómenos de la llamadas casas embrujadas y del espiritismo; pero, ¿cuáles son estos fenómenos, y qué nos dice la ciencia al respecto?

Las casas embrujadas

Esta es una expresión popular, usada para describir una variedad de fenómenos a primera vista inexplicables, y que se dan en una casa o lugar determinado; la variedad de éstos pueden ser desde las apariciones, ruidos extraños y desconocidos, movimientos y caídas de objetos, ambientes fríos, sensaciones extrañas en el cuerpo, etc. Las casas embrujadas encantadas o hechizadas, se han descrito desde que existieron los primeros grupos humanos; pero es en 1848 cuando este tipo de fenómenos, originó el llamado movimiento espiritista moderno.

El espiritismo moderno

La nigromancia o necromancia (adivina el futuro, por la invocación de los muertos), fue una práctica de las culturas primitivas que no trascendió más allá de cada una de ellas; en cambio el espiritismo por sus prácticas y doctrina trascendió a nivel internacional, entrando incluso a todos los grupos sociales. Dejando a un lado la doctrina espiritista, sus fenómenos descritos son desde: las simples sesiones de recepción de mensajes de los espíritus: ya sea a través del médium, la ouija u otro medio; la manifestación de los espíritus a través de luces, ectoplasma, etc. Pero después de haber mencionado los fenómenos de las casas embrujadas y de los espiritismos, nos preguntamos ¿son hechos reales o ilusiones? ¿Qué dice la ciencia al respecto?

La respuesta de la ciencia

La mayoría de los fenómenos manifestados en las llamadas casas embrujadas, se han explicado por causas tan naturales y simples, cuando personas con sentido crítico y común, buscan las causas de los mismos. Lo mismo se puede decir de la mayoría de los fenómenos espiritistas, donde especialmente abunda más el fraude y el engaño.

En cuanto al resto de los fenómenos, la parapsicología ha puesto de relieve la manifestación de las facultades parapsicológicas (especialmente subconscientes), que producen fenómenos aparentemente sobrenaturales. Hoy los fenómenos espiritistas sólo tienen éxito, entre las personas que están más ávidas de emociones que de verdad, de ilusiones que de realidades.

¿Podemos comunicarnos con los muertos?

Esta pregunta que es respondida afirmativamente por la doctrina espiritista; debe ser confrontada por la teología católica, para conocer los peligros morales y espirituales que pueden haber.

La respuesta de la fe

En primer lugar, debemos hacer notar que la visión del hombre según el espiritismo, es bastante diferente a la del cristianismo, de aquí el rechazo de la Iglesia a esta doctrina que está en oposición a lo que ésta ha venido enseñando.

En segundo lugar, por más que un católico quiera conciliar la doctrina espiritista con la doctrina católica, pronto se dará cuenta de que el espiritismo rechaza muchas verdades enseñadas por la Iglesia; y que también la autoridad eclesiástica ha prohibido a los católicos, participar en las llamadas sesiones espiritistas (Dz. 1645 y 2182), sobre todo porque en éstas puede haber presencias diabólicas para confundir la mente del cristiano (II Concilio del Baltimore, 1866).

Por último, es necesario recordar al cristiano el sencillo consejo bíblico, para saber enfrentar nuevas supuestas revelaciones, ya que... “si alguien viene con un evangelio que no es el que ustedes han recibido, sea anatema”. (Gál. 1,9)

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