En Reims, de la Galia Bélgica, san Sixto, considerado primer obispo de esta ciudad.
En Capua, de la Campania, en la vía Acuaria, san Prisco, mártir.
En Dax, de Aquitania, san Vicente, celebrado como obispo y mártir.
En Cenomanum (Le Mans), en la Galia Lugdunense, san Victorio, obispo, de quien habla san Gregorio de Tours.
En Aquino, del Lacio, san Constancio, obispo, cuyo don de profecía elogia el papa san Gregorio Magno.
En Madrid, en España, beatos Cristino (Miguel) Roca Huguet, presbítero, y once compañeros, mártires, de la Orden de San Juan de Dios, fusilados durante la guerra por odio a la religión. Sus nombres son: beatos Proceso (Joaquín) Ruiz Cascales, Eutimio (Nicolás) Aramendía García, Canuto (José) Franco Gómez, Dositeo (Guillermo) Rubio Alonso, Cesario (Mariano) Niño Pérez, Benjamín (Alejandro) Cobos Celada, Carmelo (Isidoro) Gil Arano, Cosme (Simón) Brun Arará, Cecilio (Enrique) López López, Rufino (Crescencio) Lasheras Aizcorbe y Faustino (Antonio) Villanueva Igual, religiosos.
En Barcelona, también en España, beatos mártires Pedro Rivera, presbítero, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, y María del Carmen Moreno Benítez y María del Refugio Carbonell Muñoz, vírgenes, del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, que en la misma persecución, a imitación de la pasión de Cristo Esposo, llegaron al premio de la paz perpetua.
En Mataró, provincia de Barcelona, beato Josep Samsó i Elias, presbítero y mártir, encarcelado y fusilado por su condición de sacerdote.
En Tirana, Albania, beato Fran Mirakaj, laico de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir.
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