Natividad de la bienaventurada Virgen
María
fecha: 8 de septiembre
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: Fiesta de la Natividad de la
Bienaventurada Virgen María, de la estirpe de Abrahán, nacida de la tribu de
Judá y de la progenie del rey David, de la cual nació el Hijo de Dios, hecho
hombre por obra del Espíritu Santo, para liberar a la humanidad de la antigua
servidumbre del pecado.
Oración: Concede,
Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las
primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos
aumento de paz en la fiesta de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

Como el
nacimiento de la Santísima Virgen María es el anuncio jubiloso de que se
aproxima la hora de la salvación, la Iglesia celebra esa festividad con
alabanzas y acciones de gracias. Aquel nacimiento fue un misterio de
bienaventuranzas, señalado con privilegios únicos. María vino al mundo distinta
de todos los otros hijos de Adán: no estaba desprovista de gracia santificante
y no tenía inclinación al pecado, sino que era pura, santa, hermosa, gloriosa,
adornada con todas las gracias más preciosas y convenientes para ella, la
elegida para ser Madre de Dios. Tan pronto como el hombre y la mujer cayeron en
el pecado, tentados por Satanás, y fueron expulsados del Paraíso, el mismo Dios
les prometió el advenimiento de otra mujer cuya descendencia aplastaría la
cabeza de la serpiente (Gn 3,15). Al nacer la Virgen María, comenzó a cumplirse
la promesa.
Con el
propósito de aprender las lecciones que nos da la vida de la Virgen María, de
alabar a Dios por las gracias que le concedió y por las bendiciones que, por
ella, derramó sobre el mundo, así como para encomendar nuestras necesidades a
una abogada tan poderosa, celebramos con la Iglesia fiestas en su honor. Esta
fiesta de su natividad se celebró por primera vez en el Oriente. Sabemos con
certeza que fue el papa san Sergio (687-701 P.C.) quien la introdujo en el
Occidente, al establecer que se celebrasen en Roma cuatro fiestas en honor de
Nuestra Señora: la Anunciación, la Asunción, la Natividad y la «Hypapante» (en la actualidad:
Presentación del Señor, que incluye la purificación de la Virgen después del
parto). Es muy probable que en algunas otras partes del Occidente, la Natividad
de María se haya conmemorado desde antes. Por lo menos, está claramente anotada
en el calendario de san Willibrordo (c. 704), así como en el Hieronyrnianum (c.
600), lo que sugiere una mayor antigüedad. El hecho de que se conmemorase la
fiesta del nacimiento de san Juan Bautista en los tiempos de San Agustín,
probablemente por el año de 401, respalda este punto de vista. Es indudable que
cuando las gentes se enteraron de que la decapitación del Bautista y su
nacimiento se celebraban por separado, tuvieron la idea de que el nacimiento de
la Madre de Dios tendría que ser igualmente celebrado. En consecuencia, a la
fiesta de la Asunción se agregó la del Natalicio (cf. las fiestas de la
Concepción, de San Juan y de Nuestra Señora).
Se desconoce el
lugar donde nació la Virgen María. Una antigua tradición afirma que fue en
Nazaret, y así se acepta en Occidente; pero otra tradición señala a Jerusalén,
y específicamente el barrio vecino a la Piscina de Betseda. Ahí hay ahora una
cripta bajo la iglesia de Santa Ana que se venera como el lugar donde nació la
Madre de Dios. Tampoco se sabe la edad que tenía al ser desposada, y por tanto
su posible año de nacimiento, pero un tradición proveniente del apócrifo de
Santiago (c. VIII) afirma que fue a la edad de 12 años, lo que era habitual en
el Israel de la época. Si esto fuera así, habría nacido hacia el año 20-18
aC... pero téngase presente que el apócrifo de Santiago no es precisamente una
fuente histórica muy confiable, aunque la tradición devocional tanto le debe.
Imagen:
Natividad de la Virgen, de Pietro Cavallini, mosaico de 1291 en Santa Maria in
Trastevere, Roma.
fuente: «Vidas de
los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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última modificación relevante: ant 2012
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